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 Colombia y su música

La música en Hispanoamérica

(comp.) Justo Fernández López

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La música colombiana

A la llegada de los españoles, en Colombia existían dos pueblos indígenas: los chibcha y los quimbaya. Los chibchas era un pueblo que habitaba en las tierras altas de Bogotá y Tunja. Estos primitivos pueblos colombianos eran los mejores orfebres del Nuevo Mundo. Los españoles explotaron las minas de oro de toda la región (El Dorado). Cuando los indígenas quedaron diezmados por pestes y por los trabajos forzados, los españoles trajeron a Colombia esclavos para trabajar en las minas, por ser el africano de constitución más robusta y resistente que el indígena americano.

De este modo, encontramos en la música colombiana, lo mismo que en Cuba, dos elementos: el español y el africano. Los españoles introdujeron la guitarra, de la que salió la variante del tiple colombiano, guitarra pequeña de sonido muy agudo, y la mandola, especie de mandolina (instrumento de cuerda parecido a la bandurria, pero de menor tamaño y con cuatro cuerdas dobles). Los indígenas aportaron la gaita o chirimía, que asociada a otros instrumentos dieron el típico SON COLOMBIANO.

La música folclórica en Colombia

En la región andina o cordillerana el folclore musical y coreográfico alcanza gran espectacularidad y desarrollo. Hay multitud de festivales y fiestas tanto patronales como de carácter regional y local. En la zona andina el aire más representativo es el bambuco. Su tonada, canto y danza están elaborados a partir del tema de un ingenuo idilio campesino, en el que se unen las tonadas indígenas con un ritmo posiblemente vasco; de ahí su intenso carácter mestizo. Se ejecuta con un conjunto de instrumentos de cuerda, el tiple, la bandola y la guitarra y la sonora percusión del “chucho”. Durante los días de las fiestas del San Pedro y San Pablo en el mes de junio, en Neiva, capital del departamento del Huila, se lleva a cabo el Festival Folklórico y el Reinado del Bambuco.

El torbellino, la segunda expresión en popularidad de la zona andina, también es mestizo, aunque con acentuadas características indígenas. Su instrumental es particularmente complejo en la región de Santander, pues consta de requinto, tiple, flauta de caña rústica o capador, chucho, pandereta, carraca, quiribillo, esterilla, zambumbia y, a veces, concha de armadillo. Se danza en pareja, pero a veces se agrega un segundo hombre a la pareja ya conformada. Se agregan variadas, jigangas o juegos coreográficos, como por ejemplo la escoba, la manta, las perdices y otros.

La guabina, tercera en expresión territorial, es únicamente vocal, y sus formas clásicas se encuentran en la región veleña de Santander. Esta modalidad presenta la ejecución instrumental del torbellino intercalada en las pausas con el canto guabinero, que se compone de coplas de diversas variantes estructurales.

El sanjuanero es una variante del bambuco, con ligera influencia del joropo, que conlleva la utilización de la tambora. Variación del Sanjuanero es el rajaleña, basado en coplas picarescas.

El bunde tolimense es una reunión de aires como el bambuco, el torbellino y la guabina.

Permanecen también expresiones mestizas con una fuerte influencia europea como el pasillo y la danza criolla, que fueron adaptados del vals austriaco y de la contradanza, respectivamente.

Hoy sólo se conservan sus formas instrumentales y vocales ya que las coreográficas desaparecieron hacia 1920.

De tradición indígena es la guaneña, del departamento de Nariño. Es una variante cantada y danzada del huaino. Su música introduce, a la base del bambuco, el huayno de las áreas quechuas de países del sur (Ecuador, Perú y Bolivia). En su letra desarrolla coplas sobre las guaneñas, mujeres de las guerrillas sureñas. En esta región es de gran importancia el Festival del Mono Núñez, en el que concursan diversos grupos y solistas de los Andes. Se realiza en el mes de julio.

En la región llanera el desarrollo económico está basado en la ganadería y la producción de extensos cultivos. Es por esta razón que sus habitantes se caracterizan por su carácter nómada y reservado. El aire predominante es el joropo, cuyo nombre es de origen arábigo. Conserva en el canto los melismas o arabescos de la voz, y en la danza el zapateo de ascendencia flamenca. Es un canto de trovador y baile de pareja cogida. Como texto utiliza la copla y, en especial, los “corridos”. Su instrumental consta del cuatro, la bandola “pin-pon” y el arpa, reemplazo del requinto. La percusión se realiza con la carraca, o con las pequeñas maracas llamadas capachos; el furruco se usa ocasionalmente para marcar los bajos. El joropo tiene variedades como el pasaje, variedad lenta y delicada, el zumba-que-zumba y el galerón.

Las formas competitivas de duelos cantados se llaman “contrapunteos” y las realizan trovadores que utilizan modalidades especiales. La música es compañera inseparable de los festivales llaneros, de los cuales sobresale en importancia el Festival de San Martín, en el que se combina la música con las competencias de “coleo”. También son de gran interés el Festival de la canción colombiana y el torneo internacional del joropo, que se lleva a cabo en la primera quincena del mes de noviembre.

Las expresiones indígenas pueden agruparse en un tipo de región independiente que tiene su centro en la Amazonía, pero está esparcida por el país. Las danzas indígenas tienen una particularidad en relación con las demás expresiones tanto mestizas como mulatas. No corresponden a expresiones generadas con el fin de la diversión y la recreación, sino a una expresión que cumple una función específica ritual o religiosa. Se distinguen, así, géneros de músicas y de danzas correspondientes a distintas actividades: de iniciación, como el Tisla Igala de los Cuna, de cosecha y fertilidad como el jussie de los Huitoto, de conjuro médico como el guarcuna de los Tunebo, de cuna o arrullo de los Noanama, de viaje como el karakeney de los Yuco, de vivienda como el erag de los Huitotos, de preparación de bebidas y alimentos como el pikigui de los Rosígaro, de bienvenida como el kererije también de los Huitotos, de guerra como el fijgo de los Huitoto y de ritual funerario como el aápacajai de los Guajiros.

El folclore musical y coreográfico de la zona atlántica y del Caribe es el más difundido por todo el país, y cuenta con reconocimiento internacional por su ritmo y su carácter festivo. En la zona del litoral atlántico la tonada base es la cumbia, aire zambo que conjuga melodías indígenas y ritmos africanos. Se trata ante todo de una danza, como lo indica su nombre africano, “cumbé”. Se acompaña con las gaitas costeñas, macho y hembra, la maraca gigante y, a veces, la guacharaca. También es popular el bullerengue, una danza de mujeres en las que el papel de los hombres es sólo de acompañantes instrumentales. El canto se regula con el pulso rítmico marcado por las palmas de las manos. El porro combina el baile y el canto; tiene dos variedades: el porro tapao o puya y el porro palitiao o gaita. Las expresiones musicales de la costa atlántica llegan a su máxima expresión durante el Carnaval de Barranquilla. Éste se inicia en la segunda mitad del mes de enero y está considerado como el más importante del país, con su batalla de flores, la permanencia de bailes y músicas tradicionales y el entierro de Joselito Carnaval en espera del nuevo año.

En las zonas del interior son más populares la zafra y los cantos de vaquería, que son exclusivamente vocales y tienen un marcado ancestro arábigo. La zafra es un canto de labor y a veces funerario; los de vaquería son cantos para el manejo de las reses. El son, el merengue y la puya vallenata se distinguen por la velocidad de la ejecución. Básicamente son formas cantadas en las que los trovadores populares comentan la vida local. Están acompañados por la guacharaca, el acordeón y la caja vallenata. El vallenato es quizá la forma más difundida nacional e internacional. Conjuga las diversas formas tradicionales con aportes del presente.

En la zona de San Andrés y Providencia, región insular de Colombia, de características étnicas y culturales bien diferentes a las de la costa atlántica, se encuentran algunas supervivencias europeas como las cuadrillas, el schittish y el cotillón, al lado de algunas expresiones antillanas, como el calipso.

En el litoral pacífico, donde la población es mayoritariamente negra, la tonada base es el currulao, de origen africano. La forma actual utiliza como instrumentos la marimba indígena de origen maya-quiché, los cununos macho y hembra, el bombo y el redoblante. La coreografía del currulao es un modelo de rito africano en el que se percibe el carácter mágico de la danza en el sentido telúrico y cósmico. Ocasionalmente contiene algunos efectos vocales, pero es fundamentalmente una danza y su ejecución instrumental. El pango, el andarele, la madruga, la caderona, el tiguarandó y el saporrondó son variedades del currulao con diferencias muy sutiles.

La moña es una danza con coplas intercaladas e influjo del currulao, al igual que la bámbara negra. En el Chocó se han conservado como curiosidades folclóricas algunas supervivencias hispanas que datan de los siglos coloniales. Son formas vocales que provienen del canto gregoriano como las salves, alabaos, arrullos y villancicos y danzas europeas que mantienen casi intacta su coreografía, como la danza, la contradanza, la polka, la mazurca y la jota. Estos bailes son el centro de las Fiestas de San Pacho, en Quibdó.

[Fuente: Enciclopedia Universal Micronet, 1995-2007]

Instrumentos

Bandola

 

Especie de mandolina o bandurria que se toca con púa.

Caña de millo

 

La caña de millo es una especie de flauta indígena.

Chirimía

 

La chirimía es una flauta travesera que va desapareciendo, ya que para tocarla se requieren fuertes pulmones. La región del Cauca tiene aún virtuosos que manejan la chirimía.

Gaita

 

La gaita es popular en la costa atlántica de Colombia. Tiene embocadura de pluma de dindón (pájaro).

Guitarra

 

La guitarra española de seis cuerdas para acompañamiento.

Rasca (llamada güiro en otras regiones)

 

La rasca es un instrumento de madera que se rasca con un palillo y da el son característico a la CUMBIA.

Tiple

 

El tiple o guitarra de doce cuerdas en grupos de tres.

conjuntos musicales

Región andina colombiana

 

Dos bandolas, dos guitarras y un tiple.

Conjunto vallenato

 

Acordeón, tambor, guacharaca (sonajero construido con una calabaza en cuyo interior se colocan piedrecitas que suena como el canto del pájaro de este nombre, un ave vocinglera).

Costa norte colombiana

 

La gaita macho con gaita hembra, tambor mayor en contrapunto con el llamador, tambora (bombo grande).

Ritmos colombianos del interior

Bambuco

 

Ritmo de la región del Cauca. El tema es el amor. Se extendió a Venezuela y a México.

El bambuco es una danza en donde la pareja es amorosa, persecución cual en la cueca, joropo o jarabe, al son de flautas y guitarras alterna los distintos pasos con el característico zapateo. El bambuco es un aire mestizo.

«Una melodía incierta, íntima, desgarradora, compañera que llora y que al dolor nos despierta. O una risa de placer, instadora, turbulenta, que arrebata, que impacienta, con eléctrico poder. Hay en el más poesía, riqueza, verdad, ternura, que en mucha docta obertura y mística sinfonía es bonita». [Rafael Pombo]

Posee un marco y un sabor de campo, descriptivo, romántico y nostálgico a veces, pero también se ha utilizado ampliamente para expresar el orgullo y la altivez por la tierra y la raza. Es por ello que la configuración de este género se basa en la expresión de los sentimientos lugareños, regionales o incluso nacionales.

El bambuco posee un aire dulce y acariciante. Su ritmo, en la partitura, se basa en una armadura de compás de 6/8, aunque se puede interpretar en compás de 3/4. Sin embargo, este último ritmo lo convierte en una especie de vals, lo cual le quita su sabor exclusivo, con que debe ser interpretado a 6/8 y por supuesto cantarse en octosílabos.

Por este motivo los músicos lo consideran difícil de interpretar, razón por la cual no se ha difundido en la forma en que lo han hecho ritmos más sencillos como el de la llamada “música caliente” (balada pop y otras), interpretada en ritmos de compás de 2/4 o 4/4.

En Colombia, el bambuco se interpreta básicamente con instrumentos de cuerda y varios de percusión. La guitarra lleva el golpe típico del género con sus bajos y contestantes, el tiple con sus cuerdas metálicas se encarga de producir el “tendido” rítmico de fondo, el cual ofrece un paisaje musical inconfundible y bellísimo. Algunas veces, el requinto se encarga de los adornos melódicos, y la lira o bandola se encarga de la melodía, la cual, cuando el bambuco es interpretado sólo por un dueto, llevaría la guitarra, acompañada del tiple. En las interpretaciones más elaboradas, por ejemplo de escenario o danzas, a veces se incluyen instrumentos de viento como la flauta.

Algunos investigadores sostienen que su origen es americano y la palabra significa ‘baile de indios’. Su verdadera génesis, desarrollo y consolidación se produjeron en el territorio andino de Colombia. En la región del Tolima Grande se celebran las festividades de San Juan y San Pedro y allí al Bambuco también se le llama “sanjuanero”.

Algún autor ve en el bambuco influencias vascas (zortzico), sobre todo en la melodía y los compases del bambuco.

Guabina

 

Es un ritmo que se toca al final de las faenas del campo y en las fiestas rurales de los Andes.

La guabina es un canto vocal con musicalización y género musical colombiano propios de la Región Andina de Colombia presente en los departamentos de Antioquia, Santander, Boyacá, Cundinamarca, Tolima y Huila, en los cuales se practican y constituyen diferentes muestras representativas del ritmo.

La palabra “guabina” se utiliza para referirse a una persona simple; para llamar a un tipo de pez en los llanos orientales; y como nombre para una herramienta usada por los campesinos para castigar a los animales domésticos.

Los instrumentos básicos para la ejecución de una guabina son el tiple, la carraca, el capador, la pandereta, el requinto, la esterilla, la bandola y el chucho o alfandoque. Como atuendo para bailarla la mujer lleva una falda muy larga, unas botinas, un sombrero y un extenso velo negro.

Referencias históricas mencionan a la guabina desde finales del siglo XVIII, siendo muy popular entre los alfareros y canteros santafereños durante la época de aguinaldos navideños, y en los bailes del campo. Era un ritmo muy rechazado por la iglesia por tener un estilo de baile de pareja cogida. A partir de la segunda mitad del siglo XIX, el romanticismo forma parte esencial en las composiciones de las guabinas. Así, empezaron a ser creadas guabinas románticas y amorosas, como la obra de Alberto Urdaneta, Guabina chiquinquireña.

Pasillo

 

Es un vals más acelerado.

El pasillo es un género musical y danza folklórica autóctona de Colombia. A fines del siglo XIX pasó de Colombia a Ecuador y a América Central, donde adquirió carácter folclórico en Panamá y en Costa Rica; posteriormente se extendió y popularizó en Nicaragua y El Salvador. En cada una de estas naciones tiene características regionales propias. En Venezuela se le conoce como valse y en Perú el pasillo ecuatoriano goza de relativa popularidad, principalmente en el norte del país.

Según el musicólogo Guillermo Abadía, "La denominación de “pasillo” como diminutivo de “paso” se dio justamente para indicar que la rutina planimétrica consta de pasos menudos. Así, si el “paso” corriente tiene un compás de 2/4 y una longitud de 80 centímetros, el “pasodoble” como marcha de infantería tiene un compás de 6/8 y una longitud de 68 a 70 centímetros. El “pasillo”, en compás de 3/4 tiene una longitud de 25 a 35 centímetros".

El pasillo surgió durante la época independentista en los Andes neogranadinos como aire y danza de la libertad, pues se originó como expresión de alegría en el momento de la independencia en las primeras décadas del siglo XIX como una adaptación del vals austriaco, variación que determinó un cambio rítmico. El movimiento se hizo acelerado y hasta vertiginoso en su forma coreográfica. En Colombia y Ecuador recibió el nombre de pasillo y en Venezuela conservó el de valse. La exigencia de su interpretación exigió una celeridad que puso en prueba a los bailarines más diestros y se convirtió en una “pieza de resistencia” en que un bailarín, después de tres o cuatro ejecuciones quedaba físicamente agotado. Era de rigor en los salones el uso del pañuelo en la mano para no impregnar de sudor a la dama, ya que se trataba, no de una danza suelta popular sino de un baile “cogido” en que la pareja estrechamente abrazada por la cintura debía girar velozmente muchas veces hasta provocar el vértigo; eran frecuentes los desmayos en estos saraos muy concurridos. Llegó a ser un símbolo musical del mestizaje hispanoamericano.

El pasillo se extendió a finales del año 1998 hacia Centroamérica, haciendo su primera escala en Panamá, que en ese tiempo hacía parte de Colombia. Fue llevado por militares y altos funcionarios del gobierno, convirtiéndose en uno de los bailes de preferencia de la aristocracia tanto urbana como rural del istmo. Desde Ecuador llegó a ser popular en Perú y otros países de Suramérica.

En sus inicios el pasillo era solamente instrumental y su ejecución se basaba en los tres instrumentos básicos de la música andina: bandola, tiple y guitarra a veces complementados con violín. Posteriormente aparece el pasillo vocal que incluye letras de gran contenido poético e incluso son poemas musicalizados como "Sombras", de la poeta mexicana Rosario Sansores y musicalizado por el ecuatoriano Carlos Brito; "Mis flores negras" poema del colombiano Julio Flórez cuya versión musicalizada se atribuye al ecuatoriano Carlos Amable Ortiz, y "Adoración" del ecuatoriano Genaro Castro musicalizado por el también ecuatoriano Enrique Ibáñez Mora.

Otros ritmos

 

La rumba criolla, las coplas, la danza, el danzón, el torbellino, el bunde.

Ritmos colombianos de la costa

 Cumbia

 

Ritmo caliente y el más característico de Colombia. Es de origen negro, lo mismo que el candombe uruguayo-argentino. La palabra cumbia parece derivar del término bantú cumbé, ritmo y danza de Guinea Ecuatorial.

Es una danza de carácter erótico. Sus temas son el amor, el trabajo, los pescadores, temas narrativos y semiépicos.

La cumbia posee contenidos de tres vertientes culturales, principalmente indígena y negro-africana y, en menor medida, blanca (española), siendo fruto del largo e intenso mestizaje entre estas culturas. “Ello explica el origen en la conjugación zamba del aire musical por la fusión de la melancólica flauta indígena gaita o caña de millo de las etnias cunas y koquis, respectivamente, y la alegre e impetuosa resonancia del tambor africano.

En la instrumentación están los tambores de origen negro africano; las maracas, el guache y los pitos (caña de millo y gaitas) de origen indígena; mientras que los cantos y coplas son aporte de la poética española, aunque adaptadas luego.

Presencia de movimientos sensuales, marcadamente galantes, seductores, característicos de los bailes de origen africano.

Las vestiduras tienen claros rasgos españoles: largas polleras, encajes, lentejuelas, candongas, y los mismos tocados de flores y el maquillaje intenso en las mujeres; camisa y pantalón blanco, pañolón rojo anudado al cuello y sombrero en los hombres.

A partir de la década de 1940, la cumbia comercial o moderna se expandió al resto de América Latina, tras lo cual se popularizó en todo el continente siguiendo distintas adaptaciones comerciales, como la cumbia argentina, la cumbia boliviana, la cumbia chilena, la cumbia dominicana, la cumbia ecuatoriana, la cumbia mexicana, la cumbia peruana, la cumbia salvadoreña, la cumbia uruguaya y la cumbia venezolana, entre otras.

La cumbia es madre de muchos ritmos como el porro, la gaita, la chalupa, el bullerengue, el garabato, el chandé, la tambora, el berroche, el paseo, el son, la puya, entre otros. Existen varias modalidades regionales de la cumbia: cumbia sampuesana, soledeña, cienaguera, momposina, sanjacintera, cartagenera, cereteana, banqueña, magangueleña, entre otras.

Currulao

 

Es un ritmo típicamente negro. Se toca con marimba de origen africano (especie de xilofón).

Tradicionalmente se conoce como el viejo bambuco, y es una danza orientada hacia el cortejo. Su origen está estrechamente relacionado con la cultura descendiente africana de la región.

La palabra currulao alude a la palabra "cununao" que es una referencia a los tambores de origen africano que juegan un papel importante en el folklor de la región del Pacífico colombiano, los cununos. También tiene una parte en los bailes típicos de Colombia.

Currulao es el estilo de baile más popular para muchas comunidades afrocolombianas a lo largo de la costa del Pacífico. Tiene características que resumen las influencias africanas traídas durante el período colonial por los mineros en las cuencas de los ríos del occidente del territorio. En la práctica, es posible observar referencias de un rito sacramental de fuerza ancestral y magia en currulao.

Mapalé

 

El Mapalé es un ritmo afrocolombiano de danza. Su nombre proviene del pez teleósteo Cathorops mapale, cuyos movimientos muy rápidos fuera del agua, en la playa, se comparan con la agilidad y fuerza de quienes danzan.

Este baile nació como canto y danza de labor de los pescadores, que se realizaba, acompañado de tambores, como diversión en la noche, después de terminar la jornada. Surgió en la costa del Caribe colombiano gracias a la influencia cultural de los africanos traficados como esclavos durante la conquista de América y que, cuando conseguían huir de sus captores fundaban quilombos o comunidades en lugares alejados, como el Palenque de San Basilio, donde afirmaban su herencia cultural. Nacido en el Caribe, fue introducido en tiempos pretéritos a lo largo de las orillas del río Magdalena. Actualmente se baila también en comunidades afrocolombianas del Pacífico.

En sus orígenes la danza de labor fue ejecutada en las noches y acompañada con toques de tambores yamaró y quitambre, las palmas de las manos y el canto. Con posterioridad se produjo una transformación de su temática, atribuyéndole un énfasis de regocijo con carácter sexual y asignándole la evolución frenética que hoy presenta. La coreografía actual mantiene rasgos de su esencia africana en la parafernalia, tanto en el vestuario, que es en extremo sencillo, como en la presencia del machete, instrumento de trabajo utilizado para el procesamiento del pescado.  

Porro

 

El porro es como una cumbia rápida. Es un ritmo musical de la región caribeña colombiana, tradicional de los departamentos de Córdoba, Bolívar, Atlántico y Sucre. Posee un ritmo cadencioso, alegre y fiestero, propicio para el baile en parejas.

Se ejecuta en compás de 2/2 o, como se le dice popularmente en América, compás partido. Es una música fiestera popular que generalmente es interpretada por bandas conocidas como "bandas de viento" en la región caribe y en el resto de Colombia como "papayeras".

En cuanto al origen de la voz “porro” se conocen dos hipótesis principales: la de que proviene del porro, manduco o percutor con que se golpea al tambor o bombo y su acción o porrazo y la que sostiene que es derivada de un tamborcito llamado porro o porrito con que este se ejecutaba.

Merengue o merecumbé

 

El merecumbé es un estilo musical colombiano creado por Francisco "Pacho" Galán que combina la cumbia y el merengue colombiano. El término es una contracción de las palabras merengue y cumbia.

"El merecumbé es una síntesis, una mezcla de la cumbia autóctona con el merengue del departamento del Magdalena, y no del merengue dominicano. Claro está que las melodías del merecumbé están basadas en manifestaciones folclóricas musicales de la Región Caribe” (Pacho Galán).

Vallenato

 

El vallenato o música vallenata es un ritmo musical autóctono de la Región Caribe de Colombia con su origen en la antigua provincia de Padilla (actuales sur de La Guajira, norte del Cesar y oriente del Magdalena). Tiene notable influencia de la inmigración europea, ya que el acordeón fue traído por pobladores alemanes a finales del siglo XIX, y la métrica sigue la tradición española.

El componente de los esclavos afrocolombianos está presente con la caja vallenata, especie de tambor que en gran medida le da el ritmo a la melodía del acordeón. Lo indígena se evidencia con la guacharaca. Su popularidad se ha extendido hoy a todas las regiones de Colombia, a países vecinos como Ecuador, Panamá y Venezuela, y a más alejados como Argentina, México y Paraguay.

Se interpreta tradicionalmente con tres instrumentos: el acordeón diatónico, la guacharaca y la caja vallenata (pequeño tambor cónico de un solo parche con anillos de tensión). El vallenato también se interpreta con guitarra y con la instrumentación de la cumbia en cumbiambas y grupos de millo.

El vallenato tradicional fue declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Nación por el Consejo Nacional de Patrimonio del Ministerio de Cultura y está incluido en la lista de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, en la lista de salvaguardia urgente por la Unesco.

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