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Benedetti Mario - Textos

(comp.) Justo Fernández López

Historia de la literatura hispanoamericana

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MARIO BENEDETTI

TEXTOS

El Otro Yo 

      Se trataba de un muchacho corriente: en los pantalones se le formaban rodilleras, leía historietas, hacía ruido cuando comía, se metía los dedos a la nariz, roncaba en la siesta, se llamaba Armando Corriente en todo menos en una cosa: tenía Otro Yo.

      El Otro Yo usaba cierta poesía en la mirada, se enamoraba de las actrices, mentía cautelosamente, se emocionaba en los atardeceres. Al muchacho le preocupaba mucho su Otro Yo y le hacía sentirse incómodo frente a sus amigos. Por otra parte el Otro Yo era melancólico, y debido a ello, Armando no podía ser tan vulgar como era su deseo.

      Una tarde Armando llegó cansado del trabajo, se quitó los zapatos, movió lentamente los dedos de los pies y encendió la radio. En la radio estaba Mozart, pero el muchacho se durmió. Cuando despertó el Otro Yo lloraba con desconsuelo. En el primer momento, el muchacho no supo que hacer, pero después se rehízo e insultó concienzudamente al Otro Yo. Este no dijo nada, pero a la mañana siguiente se había suicidado.

      Al principio la muerte del Otro Yo fue un rudo golpe para el pobre Armando, pero enseguida pensó que ahora sí podría ser enteramente vulgar. Ese pensamiento lo reconfortó.

      Sólo llevaba cinco días de luto, cuando salió a la calle con el propósito de lucir su nueva y completa vulgaridad. Desde lejos vio que se acercaban sus amigos. Eso le lleno de felicidad e inmediatamente estalló en risotadas. Sin embargo, cuando pasaron junto a él, ellos no notaron su presencia. Para peor de males, el muchacho alcanzó a escuchar que comentaban: “Pobre Armando. Y pensar que parecía tan fuerte y saludable”.

      El muchacho no tuvo más remedio que dejar de reír y, al mismo tiempo, sintió a la altura del esternón un ahogo que se parecía bastante a la nostalgia. Pero no pudo sentir auténtica melancolía, porque toda la melancolía se la había llevado el Otro Yo.

 

El infinito

De un tiempo a esta parte

el infinito

se ha encogido

peligrosamente.

 

Quién iba a suponer

que segundo a segundo

cada migaja

de su pan sin límites

iba así a despeñarse

como canto rodado

en el abismo.

 

Corazón coraza

Porque te tengo y no

porque te pienso

porque la noche está de ojos abiertos

porque la noche pasa y digo amor

porque has venido a recoger tu imagen

y eres mejor que todas tus imágenes

porque eres linda desde el pie hasta el alma

porque eres buena desde el alma a mí

porque te escondes dulce en el orgullo

pequeña y dulce

corazón coraza

 

porque eres mía

porque no eres mía

porque te miro y muero

y peor que muero

si no te miro amor

si no te miro

 

porque tú siempre existes dondequiera

pero existes mejor donde te quiero

porque tu boca es sangre

y tienes frío

tengo que amarte amor

tengo que amarte

aunque esta herida duela como dos

aunque te busque y no te encuentre

y aunque

la noche pase y yo te tenga

y no.

 

Sólo mientras tanto

Vuelves, día de siempre,

rompiendo el aire justamente donde

el aire había crecido como muros.

 

Pero nos iluminas brutalmente

y en la sencilla náusea de tu claridad

sabemos cuándo se nos caerán los ojos,

el corazón, la piel de los recuerdos.

 

Claro, mientras tanto

hay oraciones, hay pétalos, hay ríos,

hay la ternura como un viento húmedo.

Sólo mientras tanto.

 

Todo lo contrario

Colecciono pronósticos

anuncios y matices

y signos

y sospechas

y señales

 

imagino proyectos de promesas

quisiera no perderme

un solo indicio

 

ayer

sin ir más lejos

ese ayer que empezó siendo aciago

se convirtió en buen día

a las nueve y catorce

cuando vos

inocente

dijiste así al pasar

que no hallabas factible

la pareja

la pareja de amor

naturalmente

 

no vacilé un segundo

me aferré a ese dictamen

 

porque vos y yo somos

la despareja.

 

Te quiero

Tus manos son mi caricia

mis acordes cotidianos

te quiero porque tus manos

trabajan por la justicia

 

si te quiero es porque sos

mi amor mi cómplice y todo

y en la calle codo a codo

somos mucho más que dos

 

tus ojos son mi conjuro

contra la mala jornada

te quiero por tu mirada

que mira y siembra futuro

 

tu boca que es tuya y mía

tu boca no se equivoca

te quiero porque tu boca

sabe gritar rebeldía

 

si te quiero es porque sos

mi amor mi cómplice y todo

y en la calle codo a codo

somos mucho más que dos

 

y por tu rostro sincero

y tu paso vagabundo

y tu llanto por el mundo

porque sos pueblo te quiero

 

y porque amor no es aureola

ni cándida moraleja

y porque somos pareja

que sabe que no está sola

 

te quiero en mi paraíso

es decir que en mi país

la gente viva feliz

aunque no tenga permiso

 

si te quiero es porque sos

mi amor mi cómplice y todo

y en la calle codo a codo

somos mucho más que dos.

 

Ustedes y nosotros

Ustedes cuando aman

exigen bienestar

una cama de cedro

y un colchón especial

 

nosotros cuando amamos

es fácil de arreglar

con sábanas qué bueno

sin sábanas da igual

 

ustedes cuando aman

calculan interés

y cuando se desaman

calculan otra vez

 

nosotros cuando amamos

es como renacer

y si nos desamamos

no la pasamos bien

 

ustedes cuando aman

son de otra magnitud

hay fotos chismes prensa

y el amor es un boom

 

nosotros cuando amamos

es un amor común

tan simple y tan sabroso

como tener salud

 

ustedes cuando aman

consultan el reloj

porque el tiempo que pierden

vale medio millón

 

nosotros cuando amamos

sin prisa y con fervor

gozamos y nos sale

barata la función

 

ustedes cuando aman

al analista van

él es quien dictamina

si lo hacen bien o mal

 

nosotros cuando amamos

sin tanta cortedad

el subconsciente piola

se pone a disfrutar

 

ustedes cuando aman

exigen bienestar

una cama de cedro

y un colchón especial

 

nosotros cuando amamos

es fácil de arreglar

con sábanas qué bueno

sin sábanas da igual.

 

Un Padrenuestro latinoamericano

Padre nuestro que estás en los cielos

con las golondrinas y los misiles

quiero que vuelvas antes de que olvides

cómo se llega al sur de Río Grande

Pdre nuestro que estás en el exilio

casi nunca te acuerdas de los míos

de todos modos dondequiera que estés

santificado sea tu nombre

no quienes santifican en tu nombre

cerrando un ojo para no ver las uñas

sucias de la miseria

en agosto de mil novecientos sesenta

ya no sirve pedirte

venga a nos el tu reino

porque tu reino también está aquí abajo

metido en los rencores y en el miedo

en las vacilaciones y en la mugre

en la desilusión y en la modorra

en esta ansia de verte pese a todo

cuando hablaste del rico

la aguja y el camello

y te votamos todos

por unanimidad para la Gloria

también alzó su mano el indio silencioso

que te respetaba, pero se resistía

a pensar hágase tu voluntad,

sin embargo, una vez cada tanto

tu voluntad se mezcla con la mía

la domina

la enciende

la duplica

más arduo es conocer cuál es mi voluntad

cuándo creo de veras lo que digo creer

así en tu omnipresencia como en mi soledad

así en la tierra como en el cielo

siempre

estaré más seguro de la tierra que piso

que del cielo intratable que me ignora

pero quién sabe

no voy a decidir

que tu poder se haga o se deshaga

tu voluntad igual se está haciendo en el viento

en el Ande de nieve

en el pájaro que fecunda a la pájara

en los cancilleres que murmullan yes sir

en cada mano que se convierte en puño

claro no estoy seguro si me gusta el estilo

que tu voluntad elige para hacerse

lo digo con irreverencia y gratitud

dos emblemas que pronto serán la misma cosa

lo digo sobre todo pensando en el pan nuestro

de cada día y de cada pedacito de día

ayer nos lo quitaste

dánosle hoy

o al menos el derecho de darnos nuestro pan

no sólo el que era símbolo de Algo

sino el de miga y cáscara

el pan nuestro

ya que nos queda pocas esperanzas y deudas

perdónanos si puedes nuestras deudas

pero no nos perdones la esperanza

no nos perdones nunca nuestros créditos

a más tardar mañana

saldremos a cobrar a los fallutos

tangibles y sonrientes forajidos

a los que tienen garras para el arpa

y un panamericano temblor con que se enjugan

la última escupida que cuelga de su rostro

poco importa que nuestros acreedores perdonen

así como nosotros

una vez

por error

perdonamos a nuestros deudores

todavía

nos deben como un siglo

de insomnios y garrote

como tres mil kilómetros de injurias

como veinte medallas a Somoza

como una sola Guatemala muerta

no nos dejes caer en la tentación

de olvidar o vender este pasado

o arrendar una sola hectárea de su olvido

ahora que es la hora de saber quiénes somos

y han de cruzar el río

el dólar y su amor contrarrembolso

arráncanos del alma el último mendigo

y líbranos de todo mal de conciencia

amén.

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