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Naturalismo

(comp.) Justo Fernández López

Historia de la literatura española

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Naturalismo literario en el siglo XIX

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Emilia Pardo Bazán, Condesa de Pardo Bazán (1852-1921)

Leopoldo García-Alas y Ureña, «Clarín» (1852-1901)

Vicente Blasco Ibáñez (1867-1928)

Luis Coloma Roldán (1851-1915)

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El Naturalismo surge en Francia hacia 1870. Viene a ser una derivación de las tendencias realistas, “su nota más aguda” (Pardo Bazán). Pero tiene rasgos nuevos que lo distinguen del realismo. La diferencia entre el realismo y el naturalismo no es fácil de definir, a pesar de que los dos términos son a menudo usados indistintamente. La diferencia estriba en el hecho de que el realismo se ocupa directamente de aquellas cosas que son aprehendidas por los sentidos, mientras que el naturalismo, un término más bien aplicado a la literatura, intenta aplicar teorías científicas al arte. 

Fue Émile Zola (1840-1902) el primero que en 1868 utilizó el término Naturalismo para designar a los principales narradores realistas del siglo en el Prólogo de la segunda edición de su novela Thérèse Raquin, considerada como el inicio del Naturalismo. Zola, sintetizando los sentidos de la palabra, consideró que el término naturalismo designaba la estética literaria que tomaba como materia artística la verdad objetiva de la vida sensible, basándose fundamentalmente en la observación. Intentó hacer de la novela una obra científica positivista, como había hecho Claude Bernard con la Medicina, para lo cual aplicó a sus narraciones los principios deterministas del medio propuestas por Taine, la selectividad de las especies de Darwin y las leyes de la herencia expuestas por el doctor Lucas.

Le roman experimental (1880) es la principal obra teórica de Zola. A comienzos de la década de los 80 fue conocida y difundida en España, aunque se tradujo al español en 1890. Supone un intento de adaptar la novela al método científico que Claude Bernard había expuesto en Introduction à la médecine expérimentale (1865). Zola pensaba que si tal procedimiento había podido ser trasladado de la química y la física a la fisiología y a la medicina, también podría aplicarse desde estas últimas a la novela.

Émile Zola (1840-1902) creó el naturalismo (una concepción determinista de la existencia humana), influido también por la filosofía positivista de Auguste Comte (1798-1857), fundador del positivismo y de la sociología; de Hippolyte Taine (1828-1893), defensor de la aplicación de métodos científicos en el estudio de la naturaleza humana y de la historia y uno de los principales representantes del positivismo (la obra de arte es producto de la raza y el ambiente); de Charles Robert Darwin (1809-1882) y su Origen de las especies (todas las formas de vida se han desarrollado a través de un proceso de selección natural); de Ernst Heinrich Haeckel (1834-1919), que popularizó en Alemania el evolucionismo (“la ontogenia recapitula la filogenia”); y del austriaco Gregor Johann Mendel (1822-1884), que formuló las leyes de la herencia (las leyes fisiológicas de la herencia condicional al ser humano).

Taine afirmaba que “la virtud y el vicio son productos como el vitriolo y el azúcar”. Todas estas ideas llevaron a Zola, figura capital del Naturalismo, a una concepción determinista de la existencia humana, en la que se descarta la influencia del espíritu y en la que la vida del hombre se reduce a una consecuencia fatal de factores materiales. La lucha por la vida se convierte en el único móvil de la conducta de los individuos y de los grupos sociales. La selección natural ha sido sustituida por los privilegios de unas clases sociales sobre otras, por el poder económico y social de una minoría sobre una mayoría. El escritor naturalista no debe evitar la descripción de las realidades más terribles y degradadas, tiene que conceder una especial importancia a los instintos y pulsiones que mueven al hombre (sexual, posesión, poder, dominio). El escritor naturalista no teme poner de manifiesto su pesimismo fatalista en el destino del ser humana y en la organización social. Temas de las novelas naturalistas serán los personajes colectivos (la mina, la fábrica, las masas ciudadanas) y los personajes degradados y embrutecidos por la influencia del medio.

Con este trasfondo ideológico, el Naturalismo lleva a sus últimas consecuencias los postulados del realismo e implica, además de las técnicas narrativas del realismo, una concepción del hombre y de la vida. El novelista no se debe limitar a observar (realismo), sino que tiene que mostrar los “mecanismos” de funcionamiento del corazón y de la inteligencia. Para ello debe hacer acopio de datos (“documentos humanos”), con rigor propio de la ciencia y con criterio “experimental”, para hacer ver que los hechos psíquicos están tan sujetos a leyes como los fenómenos físicos. La novela adquiere así valor social y científico. El naturalismo quiere mostrar la influencia del ambiente y de la herencia, así como de la fisiología, sobre la “bestia humana”.

Para demostrar la influencia del medio, de la fisiología y de la herencia sobre esta “bestia humana”, el Naturalismo escoge ambientes de degeneración y miseria y tipos humanos (alcoholizados, locos, enfermos) que pongan de relieve los instintos más primarios y brutales. El Naturalismo se propone aplicar a la literatura el método científico y experimental en el que basaba el fisiólogo francés Claude Bernard (1813-1878) su medicina experimental.

Esta nueva visión determinista de la vida que lleva a buscar el dato científico que ponga de manifiesto los móviles sociales sin excluir lo más repugnante, influyó grandemente en toda Europa.

En España, de tradición realista, la influencia del Naturalismo no llegó a ser muy considerable. Los escritores españoles no asimilaron de una manera rotunda el determinismo materialista ni buscaron sistemáticamente una finalidad científica o social, aunque sí abundaron las descripciones prolijas y detalladas de los aspectos más desagradables de la realidad social. El naturalismo francés es científico y analítico, el español tiene elementos irracionales y está cargado de sentimiento.

Hacia 1890, se observa en todas partes una reacción contra el naturalismo, que empieza a declinar en toda Europa. Se vuelve a señalar la importancia del espíritu frente a lo material. A la concepción pesimista naturalista sucede ahora una concepción optimista. Los valores estéticos empiezan a ser más valorados, y la novela se enriquece con símbolos plenos de intención idealista.

Reflejo de esta vuelta al espiritualismo son las novelas idealistas de Galdós o las últimas novelas de la Pardo Bazán en las que se supera el determinismo fisiológico más o menos acentuado de la época anterior y se presenta como motivo central la salvación de un alma por la fe, y el triunfo de los valores espirituales, como en La Quimera (1905).

El Naturalismo en literatura defiende que la composición literaria debe basarse en una representación objetiva y empírica del ser humano. Se diferencia del realismo en que incorpora una actitud amoral en la representación objetiva de la vida. Los escritores naturalistas consideran que el instinto, la emoción o las condiciones sociales y económicas rigen la conducta humana, rechazando el libre albedrío y adoptando en gran medida el determinismo biológico de Charles Darwin y el económico de Karl Marx.

Características del naturalismo:

  • Describe las historias con una minuciosidad excesiva. Describe demasiado las escenas.

  • Busca una impresión del lector.

  • Al leerlo puede causar una impresión desagradable.

  • Es también un documento de época.

  • Las historias se desarrollan en ambientes rurales.

  • Desaparece el narrador omnisciente, para la aparición del cacique.

  • El cacique es el mandamás en este caso.

  • El cacique hace sufrir a los habitantes.

  • El naturalismo se basa en Charles Darwin y su teoría de la evolución que dice que el más fuerte es el que sale adelante.

Emilia Pardo Bazán fue probablemente la única escritora en España que defendió abiertamente el naturalismo en su ensayo La cuestión palpitante (1883). Sus novelas Los pazos de Ulloa (1886) y El cisne de Vilamorta (1885), entre otras, se consideran naturalistas.

 


Emilia Pardo Bazán, Condesa de Pardo Bazán (1852-1921)

VIDA

Nació en La Coruña y murió en Madrid. Perteneció a una familia de la aristocracia gallega (los condes de Pardo Bazán) que residía en el pazo de Meirás. Hija de abogado, obtuvo de niña una educación elevada en un colegio francés. Fue su madre quien la estimuló a leer y escribir. En la biblioteca paterna encontró acceso a una gran variedad de lecturas.

A la edad de nueve años ya empezaba a mostrar un gran interés por la escritura. Rechaza la educación femenina de su tiempo al negarse a tocar el piano y a tomar clases de música. Dedica todo el tiempo posible a su verdadera pasión, la lectura.

A los dieciséis años se casó con José Quiroga y Pérez de Deza, joven aristócrata y estudiante de Derecho y el matrimonio se trasladó a vivir a Madrid desde donde hacían frecuentes viajes a Francia, Italia, Suiza, Austria e Inglaterra.

En el balneario de Vichy, en 1880, coincide con el escritor francés Víctor Hugo y mantienen largas conversaciones sobre literatura que le hicieron variar el rumbo de su escritura.

En 1882 comienza a publicar en la revista La Época una serie de artículos sobre Émile Zola y la novela experimental. Estos artículos verán la luz en el volumen La cuestión palpitante, publicado en 1883, en el que se declara defensora e impulsora del naturalismo en España. Su marido, horrorizado por el escándalo provocado por este libro, exigió a su mujer que se retractase públicamente y que dejara de escribir. La Pardo Bazán no sólo no lo hizo, sino que se separó del marido al año siguiente (1884).

Inicia una relación amorosa que durará más de veinte años con Benito Pérez Galdós, por entonces cercano también al Naturalismo. Le engaña varias veces con jóvenes como Lázaro Galdiano y Narcís Oller, pidiendo luego perdón.

En 1892 fundó la Biblioteca de la Mujer y tuvo una participación muy activa en la vida cultural y social. Fue una tenaz defensora de la mujer, actitud que no abandonó hasta su muerte. Así, se multiplicarían sus artículos en torno a la mujer, sus derechos, sus virtudes, sus deficiencias. Muy al contrario de lo que pudiera parecer, su nombre era cada vez más respetado por los intelectuales de fin de siglo, aunque sus rencillas con Clarín, Palacio Valdés o Pereda nunca terminaron.

En el Congreso Pedagógico denuncia la desigualdad educativa entre el hombre y la mujer. Propone a la escritora, socióloga y activista Concepción Arenal (1820-1893) a la Real Academia de la Lengua, candidatura que fue rechazada, así como había sido rechazada la candidatura de Gertrudis Gómez de Avellaneda (1814-1874). La candidatura de la propia Pardo Bazán fue rechazada tres veces, en 1889, en 1892 y en 1912.

En 1896 viaja a París y allí conoce a Émile Zola, Alphonse Daudet y los hermanos Goncourt. En esta época leyó también a los novelistas rusos que tanto influirían en su obra.

Fue consejera de Instrucción Pública y activista feminista, actitud que en la actualidad la ha revalorizado mucho. En 1906 llegó a ser la primera mujer en presidir la Sección de Literatura del Ateneo de Madrid y la primera en ocupar una cátedra de literatura neolatinas en la Universidad Central de Madrid, cátedra que se creó para ella.

Recibió el título de condesa de manos de Alfonso XII en 1908. En 1910 fue nombrada consejera de Obras Públicas.

Era de vocación cristiana y se confesaba "neocatólica" aunque practicaba un catolicismo heterodoxo. Era una mujer noble, católica y casada, y la sociedad puritana de la época no entendía ni aprobaba que defendiera los planteamientos de Zola, pues aunque criticara las cuestiones antirreligiosas de este movimiento, sí admitía las bases ideológicas del determinismo social y darwinista.

Recibió diversas distinciones como la de la Orden de Damas Nobles de María Luisa o la Cruz de Pro Ecclesia et Pontífice (otorgada por el Papa), etc.

OBRA

La Condesa de Pardo Bazán fue la introductora y figura más destacada del naturalismo en España, movimiento cuyo ideario y estética defendió en sus artículos.

La influencia del realismo galdosiano y los novelistas franceses (Zola) serán decisivos en su narrativa. El realismo de su obra tuvo gran influencia en la literatura nacional. Escribió el manifiesto del naturalismo español en su La cuestión palpitante 1883), una colección de artículos en los que trata de explicar su posición ante el naturalismo. Este manifiesto provocó un gran escándalo. Por un lado, abraza sin complejos le estética naturalista, por otro se aparta del determinismo característico de la obra de Zola, pues su catolicismo debía llevarla por otros caminos. Aunque le interesaba el nuevo modo de novelar de la literatura francesa y se sentía atraída por la nueva moda naturalista, también seguía vinculada a la literatura hagiográfica y erudita.

Pardo Bazán, al igual que Galdós, acentuó siempre la conexión del naturalismo de la escuela francesa con la tradición realista española. Esto le permitía a la Pardo Bazán seguir con su ideario conservador y católico del que nunca abominó, por más que admitiera las bases ideológicas del determinismo social y darwinista. Las novelas de la Pardo Bazán de la década de 1986 son las que más se acercan al naturalismo.

Los estudios de crítica literaria de la Pardo Bazán revelan un conocimiento de la literatura tanto española como extranjera muy superior al de su tiempo.

“A la Pardo Bazán podrá faltarle la fina pulcritud de Valera, pero es indudable que supera al de los otros novelistas de la época en colorido y plasticidad. Si comparamos a Fernán Caballero con la Pardo Bazán, quedan de relieve enormes diferencias. Las dos eran católicas y las dos se sintieron atraídas por el costumbrismo regional de tipo realista –Andalucía, Galicia–; pero si aquélla se inclinaba hacia la literatura moralizadora, ésta, aun afirmando que «no hay más moral que la moral católica», declarará que «no es mérito ni demérito de una obra el no ruborizar a las señoritas»; y si en aquélla se advierte un sentido de idealización posromántica, en ésta la influencia del naturalismo dará lugar a una visión de la realidad en la que la influencia del naturalismo dará lugar a una visión de la realidad en la que no se disimulan los más crudos aspectos. Frente al delicado y blando sentimentalismo de Fernán Caballero, el arte cálido y vital de la Pardo Bazán destaca por su audaz y viril energía.” (José García López)

Estudio crítico de Feijoo (1876)

Trabajo presentado a un certamen en la Universidad de Oviedo, en el que concurría, además, Concepción Arenal (1820-1893), otra histórica mujer del XIX.

Jaime (1876)

Colección de poemas dedicados a su hijo recién nacido.

Pascual López. Autobiografía de un estudiante de medicina (1879)

Es su primera novela, presentada de manera fragmentada y que sorprendió a los críticos, desconcertados ante una novela firmada por una mujer que no ocultaba su nombre bajo pseudónimo y escribía de manera erudita, al modo de los clásicos.

Esta novela respondía aún a los presupuestos realistas de su tiempo, aunque ya se atisbaban ciertos apuntes naturalistas. La novela, como tantas de la época, presentaba un cuadro en que se retrataba la decadencia de una familia de la aristocracia.

Un viaje de novios (1881)

Para algunos autores es la primera novela naturalista española. Una obra realista en la que se perciben ribetes naturalistas ya más acusados que en su primera obra.

San Francisco de Asís (1881)

Bella biografía del místico italiano y predicador, San Francisco de Asís (1182-1226), fundador de la orden de los franciscanos.

La Tribuna (1882)

Con esta obra Pardo Bazán dio un giro inesperado hacia los temas sociales y describe “la Galicia joven, industrial y fabril”. Presenta un fresco novelesco que refiere una historia, con marbetes sociales, de fin de siglo, propiciada por las consecuencias de la Revolución de 1968. La protagonista es una obrera de la Fábrica de Tabacos de La Coruña.

Esta novela aborda cuestiones como la crisis política, el movimiento obrero, los derechos de las mujeres o las reivindicaciones de los trabajadores. Es una de las primeras novelas sociales y la primera obra plenamente naturalista de Pardo Bazán.

La cuestión palpitante (1883)

Colección de artículos sobre el debatido tema del naturalismo, a la sazón objeto de enconadas polémicas. Justifica a la escuela francesa contra la acusación de inmoralidad, alegando que “descartada la perniciosa herejía de negar la libertad humana, no puede imputársele otro género de delito”.  Alude también a los defectos de gusto y a la falta de selección artística de Zola, aunque elogia su exactitud y su fuerza descriptiva.

Pardo Bazán opone a la fórmula naturalista el realismo español como una teoría “más ancha, perfecta y compleja”. Exalta “nuestro realismo, el que ríe y llora en la Celestina y el Quijote”, que “como el hombre, reúne en sí materia y espíritu, tierra y cielo”.

La ama joven (1884)

Trata sobre crisis matrimoniales y está publicada el año en que la Pardo Bazán se separa de su marido, que la había obligado a dejar de escribir por el escándalo provocado por su defensa del naturalismo en La cuestión palpitante (1883).

El cisne de Villamorta (1885)

Es una obra menor. Historia triste de amor situada en un ambiente pueblerino.

Los pazos de Ulloa (1886)

Esta novela, ambientada en el mundo rural gallego, es su obra maestra, la más lograda. Y es, junto con su continuación La madre naturaleza (1887), la obra en la que más se acerca al método naturalista tal como lo había aplicado Zola. Presenta una patética pintura de la decadencia del mundo rural gallego y de la aristocracia.

Ambas novelas componen un intenso cuadro de gustos y paisajes de su Galicia natal. Describe el mundo de los pazos en la Galicia rural, ámbito del latifundio campesino, donde se produce un enfrentamiento entre la naturaleza y la civilización. Presenta un tipo de humanidad primaria sometida a la ley del instinto.

Historia y naturaleza, religiosidad medieval y paganismo, violencia y sensualidad, feudalismo y barbarie, ciudad y campo son los elementos temáticos de este panorama de la vida rural gallega, en la que intervienen también factores económicos, políticos y eclesiásticos.

La madre Naturaleza (1888)

Continúa la historia iniciada en Los pazos de Ulloa. Describe la vida rural gallega, el desplome moral y físico de un señorito aristócrata venido a menos. La pareja de la novela, Manuela-Perucho, adolescentes e hijos de los primitivos personajes de la novela anterior, llevan una tormentosa relación incestuosa vivida bajo el amparo de la naturaleza terrible y su fuerza descomunal. La vida aparece sometida a la ley del instinto.

La madre naturaleza (1887) es una fabulación naturalista que, al contrario que en José María de Pereda, demuestra que los instintos conducen al pecado.

Según la autora, Los Pazos de Ulloa giran en torno a la montaña gallega, el caciquismo y la decadencia de un noble solar, mientras que en La Madre Naturaleza predominan las alusiones al campo, al terruño y al paisaje.

Esta novela, junto con la anterior, fue adaptada a una serie de la televisión española por el director Gonzalo Suárez.

Insolación (1889)

Novela corta, inserta todavía en la ideología y la estética naturalista.

Morriña (1889)

Tanto esta novela, de asunto amoroso, como la anterior fueron duramente criticadas por Clarín, Pereda y Palacio Valdés, que las calificaron de “pornográficas”, pues ambas reflejaban el sentimiento desnudo de una mujer hacia su enamorado (en caso de Insolación) o hacia su tierra (en caso de Morriña).

Estas dos novelas representan el final de la etapa naturalista de la autora. A partir de la muerte de su padre en 1890, la Pardo Bazán evolucionó hacia un mayor simbolismo y espiritualismo, patente en las novelas siguientes.

Una cristiana (1890)

En esta novela y la siguiente (La prueba), polemiza a través de la ficción con sus detractores morales: el padre Coloma, Menéndez y Pelayo, Pereda. Ambas novelas tienen como tema la diferencia de edad entre enamorados, el cruce de afectos o deberes familiares y el remordimiento religioso.

La prueba (1890)

La piedra angular (1893)

Esta obra cierra la etapa naturalista de la autora. Es una obra mucho más cercana a los postulados de Zola. Describe un mundo sórdido y marginal en el que una mujer de un carretero y su amante cometen un crimen pasional.

Vampiro (1901)

Este relato critica los matrimonios de conveniencia. El vampiro aquí no es el que chupa la sangre, sino un individuo que absorbe la energía y la vitalidad de los demás.

Argumento: Un ricachón de setenta y siete años se casa con una chica de quince. Aunque parece que la chica lo único que quiere es esperar la muerte del viejo marido para heredar su fortuna, en realidad la intención del marido es recuperar la salud mediante la salud de su joven esposa, siguiendo los consejos de los médicos especialistas. Así el anciano comienza a rejuvenecer, mientras que la joven esposa se va consumiendo lentamente hasta morir con apenas veinte años. Al quedarse viudo, el viejo ricachón busca una nueva novia fuera del pueblo para no causar escándalo.

La quimera (1905)

Esta novela, publicada a principios de siglo, es otro de sus grandes logros narrativos de Pardo Bazán. En esencia naturalista, aunque marcada por la moda espiritualista, está inspirada en la vida del pintor Vaamonde (amigo personal de la escritora que pintó un famoso retrato suyo). Esta novela vuelve al aguafuerte para retratar el Madrid polvoriento. Es la historia de un artista, que viendo el fracaso de sus ambiciones encuentra la solución de su vida en las verdades religiosas.

Esta novela refleja ya la vuelta al espiritualismo superando el determinismo fisiológico acentuado de la época anterior. El motivo es la salvación de un alma por la fe y el triunfo de los valores espirituales.

La sirena negra (1908)

Tanto en esta novela como en la anterior queda patente la influencia de la novelística rusa, que Pardo Bazán tanto admiraba, y la vuelta al espiritualismo tras el materialismo naturalista de la época anterior. El protagonista se convierte a la fe y se libra de la atracción morbosa de la muerte.

Dulce sueño (1911)

Es una novela emblemática en el conjunto de su obra literaria.

Cuentos y relatos

Es una de las escritoras de cuentos más importantes de su generación. Cuentos publicados hacia finales del siglo:

Cuentos de la tierra (1888)

Cuentos escogidos (1891)

Cuentos de Marineda (1892)

Cuentos de Navidad

Cuentos nuevos (1894)

Arcos iris (1895)

Cuentos sacros-profanos (1899)

Belcebú (1913)

Este cuento es su última gran obra literaria, uno de los inmediatos antecedentes del esperpento de Valla-Inclán, en opinión de Bravo Villasante.

Crítica literaria y ensayo

La revolución y la novela en Rusia (1887)

Polémicas y estudios literarios (1892)

La literatura francesa moderna (1910)

Libros de viajes

Impresiones de sus viajes a Francia, Italia, Suiza, Austria e Inglaterra:

Al pie de la torre Eiffel (1889)

Por Francia y por Alemania (1889)

Por la Europa católica (1905)

Al tiempo que crecía su feminismo más radical, también lo hacía su “civilizador catolicismo”.

 


Leopoldo García-Alas y Ureña, «Clarín» (1852-1901)

VIDA

Leopoldo Enrique García Alas y Ureña nació en Zamora y murió en Oviedo, ciudad de la que era oriunda su familia y a la que siempre se sintió especialmente unido. Escribió bajo el seudónimo de Clarín.

Pasó su infancia en León y Guadalajara debido al cargo de gobernador civil que por entonces desempeñaba su padre.

Se marchó a Madrid a estudiar Derecho. Allí conoció a Francisco Giner de los Ríos (1839-1915) y simpatizó con el krausismo. Se doctoró con el estudio El derecho y la moralidad, que dirigió don Francisco Giner de los Ríos. El movimiento krausista influirá en el sentido ético palpable en su obra.

Una vez doctorado obtuvo la cátedra de Derecho Romano en Oviedo en 1883 adonde regresó de nuevo y ya permaneció allí hasta su muerte. En 1888 obtuvo la de Derecho Natural.

A los 31 años de edad escribe su obra maestra La Regenta.

En 1892 Clarín pasa por una crisis de personalidad y religiosa en que trata de encontrar a su yo y a Dios, crisis que dejó reflejada en su cuento Cambio de Luz.

Políticamente, se alineó del lado de los republicanos. Vivió en Oviedo hasta su muerte, acaecida a los cuarenta y nueve años de edad, ejerciendo como profesor en la Universidad y formando a alumnos como Ramón Pérez de Ayala, que siempre lo recordaría con cariño.

Los estudiantes le temían por su severidad y la sociedad le consideraba un ateo liberal. Tenía fama de hueso, era serio, estricto, exigente y suspendía a muchos alumnos, aunque estimaba a los alumnos capaces de entender su poco convencional método de enseñanza del Derecho. Nunca aceptó ni sobornos ni recomendaciones; se le acusaba de carecer de ningún tipo de benevolencia. Se entregaba a su cátedra con toda honestidad.

Murió en Oviedo a la edad de cuarenta y nueve años, acompañado por su sobrino, un joven médico que le diagnosticó una tuberculosis incurable en aquella época.

OBRA

Clarín intentó conjugar el idealismo con la filosofía positivista y la búsqueda del sentido metafísico o religioso de la vida. Entiende la literatura como un trabajo constante y minucioso de gran contenido ético; su método es la prospección positivista propia del realismo y del naturalismo. Fue un acérrimo defensor del naturalismo francés, aunque más tarde, como Galdós y la Pardo Bazán, se apartase de la ideología naturalista.

Chocó con su época por su mordacidad, por sus críticas literarias despiadadas, producto de su misión docente: pretendía elevar el nivel cultural de su país y por lo tanto censuraba el mal gusto y la vulgaridad.

Fue novelista, autor de cuentos y afamado crítico. Ejerció gran influjo sobre la Generación del 98.

Como crítico se distingue por su terrible acritud y su fina intuición de los valores literarios, se puede decir que fue el mejor crítico literario de la época. Sus ideas liberales y la dureza de sus comentarios le acercan a un Larra y a la generación del 98.

Novelas

La Regenta (1884-85)

Esta novela, que autor calificó de "novelón escrito a tirones", y a la que el autor debe su fama, está considerada como la mejor novela española del siglo XIX y como la obra cumbre del autor. Es una novela naturalista, una de las cumbres de la literatura española. Combina la sátira social con la tragedia individual; el vitalismo, con la vida hipócrita; la descripción de ambientes, con la novela psicológica.

Trata en una sola trama los dos grandes temas de la novela del siglo XIX: el adulterio y los clérigos enamorados. El realismo europeo había desarrollado un argumento semejante como Madame Bovary del francés Gustave Flaubert, Ana Karénina del ruso Liev Tolstói, El primo Basilio del portugués Eça de Queirós, Los pazos de Ulloa de Emilia Pardo Bazán y O crime do Padre Amaro de Eça de Queiroz, pasando por la propia Tormento de Pérez Galdós, que se publica durante la escritura de La Regenta.

Esta novela representa la adquisición por la novela española del arte del detalle, del monólogo interior y del discurso indirecto libre: la historia es narrada por los personajes a través de sus pensamientos, lo que permite penetrar en sus interioridades.

Argumento: La novela presenta la vida de Vetusta (ciudad inventada pero que en realidad es Oviedo) centrada en la figura de la joven, bella, provinciana e inexperta Ana Ozores, mujer del Regente de la Audiencia jubilado y miembro de la alta sociedad de la ciudad, un hombre bondadoso, aburrido y mucho mayor que ella. Ana es una mujer de temperamento enfermizo cuyas debilidades serán hábilmente explotadas por los que pretenden hacerse con ella. Se siente cada vez más frustrada y abatida y se convierte en presa del donjuán provinciano don Álvaro Mesía, diputado liberal y presiente del casino, y de su propio confesor don Fermín de Pas, el magistral de la catedral, hombre de orígenes humildes, soberbio y ambicioso. El primero quiere seducirla y el segundo quiere dominarla para poder tenerla como hija de confesión.  La figura del Magistral es la mayor creación del autor, un clérigo que  luchará entre lo que predica y sus instintos amorosos, reprimidos por sus votos.

Clarín plantea una lucha entre Fermín y Álvaro por la posesión de Ana como una lucha entre los dos poderes de la ciudad: la iglesia más retrógrada y el caciquismo teñido de liberalismo. El regente muere a manos de Álvaro en un duelo esperpéntico, Álvaro huye de una manera cobarde dejando clara su ruindad, la ambición de Fermín se manifiesta como la ausencia total de escrúpulos y moral, y Ana, la intocable regenta, se encuentra al final con 'un beso viscoso' del ser más despreciable de la ciudad.

Su único hijo (1890)

Es una sátira contra la desintegración del romanticismo en un ambiente burgués. Clarín emplea en esta obra una ironía cáustica que raya en la caricatura.

Es una novela que el autor calificó de "novelucha". Plantea el tema del adulterio. Narra la historia de un hombre que, desengañado de sus ideales, acepta como hijo propio al que su mujer tiene de una relación adúltera y logra la realización personal a través de la paternidad. Con ello, como por las mismas fechas hacían Galdós o la Pardo Bazán, se aparta Clarín de los temas y formas propios del realismo a ultranza para adentrarse por caminos en los que entrarán enseguida los autores del 98.

Cuesta abajo (1890-1891)

Relato de sabor autobiográfico en el que don Leopoldo narra sus veraneos juveniles en la finca familiar de Carreño, con sus padres, el contacto con la naturaleza, los problemas de salud, la crisis de conciencia y los primeros escarceos amorosos.

Teatro

Teresa (1895)

Su única intentona dramática que resultó un verdadero fracaso. Es una página real de su propia vida. Según la crítica, la pieza carecía de arquitectura escénica y tenía todos los defectos de un escritor novato.

Cuentos y narrativa breve

Colecciones de cuentos y narrativa breve:

Pipá (1886)

Doña Berta, Cuervo, Superchería (1892)

El Señor, y lo demás son cuentos (1893)

Adiós Cordera

Cuentos Morales (1896)

El dúo de la tos

El Gallo de Sócrates (1901)

Doctor Sutilis (1916)

Artículos

Recopilaciones de sus artículos, de notable estilo y apasionada violencia:

Solos de Clarín (1881)

La literatura en 1881 (1882)

Sermón Perdido (1885)

Nueva campaña (1887)

Mezclilla (1889)

Ensayos y revistas (1892)

Palique (1894)

Folletos literarios (1886-1891)

Siglo Pasado (1901)


Vicente Blasco Ibáñez (1867-1928)

VIDA

Nació en Valencia en el seno de una familia perteneciente a la clase media levantina. Su padre era un comerciante aragonés que regentaba un próspero negocio en la Valencia. Falleció en Menton (en la Costa Azul francesa).

Se matriculó en la universidad de Valencia para seguir la carrera de Leyes, y allí empezó a sentir el despertar de una conciencia política que, abiertamente escorada hacia el bando republicano, provocó su expulsión de la Universidad.

Se adhirió al movimiento republicano y fue editor del diario antimonárquico El Pueblo. En 1896, fue arrestado por sus actividades políticas y condenado a dos años de trabajos forzados. Posteriormente (1898-1907) fue diputado del Partido Republicano en el Parlamento español.

Su participación activa en una sonada intriga republicana provocó su precipitada huida a París, en donde pasó dieciocho meses entregado a la lectura de los grandes autores del naturalismo francés.

A raíz del desastre colonial en Cuba (1898), recrudeció sus ataques contra la política exterior del Gobierno español y, acusado de anti-patriota, fue recluido durante un año en una prisión valenciana, de la que salió convertido en un héroe del republicanismo local.

Fue miembro del Parlamento español en calidad de diputado por Valencia, representación que mantuvo durante seis legislaturas. Pero, impulsado por su espíritu aventurero, en 1909 abandonó su escaño para trasladarse a Sudamérica. En la Patagonia argentina fundó dos colonias agrícolas, inspiradas en un revolucionario proyecto de su invención, que fracasaron estrepitosamente por falta de base financiera.

Totalmente arruinado, regresó a España, pero abandonó de nuevo su país natal para fijar su residencia en París, en donde le sorprendió el estallido de la Primera Guerra Mundial.

Gracias al éxito internacional de su obra, pronto se hizo con una inmensa fortuna que le permitió regresar a España e instalarse en su país natal como uno de los escritores más ricos y homenajeados del mundo.

En el transcurso de la Primera Guerra Mundial, el Gobierno francés premió su toma de partido a favor de los aliados con la entrega de la Orden de la Legión de Honor de la República Francesa. En 1920 fue investido doctor honoris causa por la Universidad George Washington.

Durante la dictadura del general Primo de Rivera (1870-1930), tuvo que abandonar de nuevo el país por sus ideas progresistas. Volvió a afincarse en su amada Francia, en donde pasó los últimos años de su vida rodeado del lujo y la opulencia que había adquirido con la única ayuda de su pluma.

Idolatrado por los guionistas de Hollywood y por los editores y agentes literarios de todo el mundo, Vicente Blasco Ibáñez perdió la vida un día antes de cumplir los sesenta y un años de edad, mientras descansaba del bullicio parisino en la bella localidad marítima de Menton.

OBRA

Blasco Ibáñez es el último representante del naturalismo en España. Lleva al extremo las teorías naturalistas de Zola, en especial en la novela La Barraca, Cañas y barro, Arroz y tartana y Entre naranjos. Su estilo está más cerca del realismo-naturalista que del modernismo, al que correspondería por cronología.

Fue, en su tiempo, el escritor español más leído dentro y fuera de las fronteras nacionales (con singular éxito de ventas en Europa y América)

Escritor dinámico, de lenguaje directo, de gran brillantez en sus descripciones y de fuerte dramatismo en el fondo de sus obras. Blasco Ibáñez es un autor de inspiración robusta y pujante fecundidad, nos ofrece relatos de ambiente levantino. Sus primeras novelas son las mejores de su producción. Su estilo es de gran fuerza plástica, su temática muestra la lucha brutal de instintos primarios, que recuerda el determinismo fisiológico de la escuela naturalista francesa. Pone de manifiesto la lucha animal del instinto.

Blasco Ibáñez alcanzó fama en el extranjero por la interesante acción dramática de sus novelas, traducidas a varios idiomas. En España fue infravalorado, debido en parte al cambio de rumbo que introdujo la generación del ’98 y a la prohibición en círculos eclesiásticos de sus novelas calificadas de “perniciosas para la juventud” por su temática.

Cuando Blasco Ibáñez empieza a publicar sus narraciones naturalistas, el naturalismo ya es una propuesta estética e ideológica en franca decadencia. Pero Blasco Ibáñez toma los elementos más visibles del naturalismo (la miseria, la corrupción, la pérdida de valores morales) sin adentrarse en mayores profundidades especulativas que habrían alejado de sus libros a una amplia masa de lectores.

Novelas de costumbrismo regional

Son novelas de ambiente levantino, escritas casi todas en la última década del siglo XIX, siguen la fórmula del costumbrismo regional y tienen como escenario el mar y la huerta valenciana. Su naturalismo reside más en el tono general de las obras que en el estilo, lleno de color y de fuerza plástica, de pincelada amplia, distinta del minucioso detallismo naturalista de un Zola.

El ambiente y la temática de estas novelas recuerdan el determinismo fisiológico de la escuela naturalista francesa: lucha brutal de instintos primarios y pura animalidad de huertanos y pescadores.

Cuentos valencianos (1893)

Estas narraciones breves, plagadas de detalles coloristas y fantásticos que describen a la perfección la tierra natal del autor, abren la serie de novelas de ambiente levantino

Arroz y tartana (1894)

Ambientada en tierras levantinas, está considerad como la pieza que mejor describe su ciudad natal.

Flor de mayo (1895)

La barraca (1898)

Es su primera obra de éxito fue, una novela que denuncia la injusticia social en la huerta valenciana de finales del siglo XIX. La novela describe con todo detalle las duras condiciones de vida de la población campesina y agricultora.

Argumento: El tío Barret no puede seguir pagando el arrendamiento de la huerta de don Salvador, una tierra que habían cultivado sus antepasados durante generaciones. Los vecinos de la aldea se unen para impedir que nadie pueda volver a trabajar en esa parcela. Llega Batiste y su familia, que ante la necesidad, acceden a pagar el arrendamiento para poder cultivar el terreno. El resto de los vecinos les recrimina haber accedido a las exigencias del terrateniente y con ello haber perjudicado los intereses de toda la comunidad. Después de varios enfrentamientos, en los que fallece un niño, los vecinos incendian La Barraca y expulsan del pueblo a los Batiste.

Entre naranjos (1900)

Es otra novela del ciclo de novelas valencianas.

Argumento: Rafael Brull, único hijo de la familia más poderosa de la localidad valenciana de Alcira, tras la muerte de su padre, un político sin escrúpulos corrompido por el poder, decide hacerse cargo del la plantación y distribución de naranjas, así como continuar la carrera política emprendida por su padre. En poco tiempo se convierte en un hombre de negocios y en un político de renombre. Pero Rafael sólo encuentra la felicidad al lado de Leonora, una cantante de ópera que ha vuelto a Alcira tras muchos años de ausencia y viene a olvidar su pasado. La artista es despreciada en el pueblo y los conservadores no ven con buenos ojos la relación de Rafael con la cantante.

La novela fue llevada a cine, distribuida bajo el título de Torrent y dirigida por Monta Bell con Greta Garbo como protagonista. El primer canal de TVE adaptó la novela a la televisión. La serie se puede ver en la web de rtve.es.

La condenada (1900)

Plagada de riquísimos matices sensuales que ponen de manifiesto la belleza de su tierra natal y las formas de ser de sus gentes.

Sónnica la cortesana (1901)

Cañas y barro (1902)

Es una novela naturalista, ambientada en La Albufera. Narra la historia de una familia, Los Palomas, una saga de pescadores reconvertidos en arroceros, su necesaria adaptación a los cambios sociales y las relaciones personales que mantienen entre ellos y el resto de la comunidad.

Observa y retrata la realidad social del lugar con absoluta precisión, atendiendo igualmente a los matices costumbristas.

Novelas ideológicas ­

Serie de novelones de contenido ideológico en los que dejó bien patentes sus tesis revolucionarias y su airado anticlericalismo:

La araña negra (1898)

Está inspirada en El judío errante, de Eugène Sué (1804-1857). Es una obra folletinesca escrita por el autor en su juventud. Narra la historia de una familia noble de la España a principios del siglo XIX, íntimamente relacionada con los jesuitas. A lo largo de toda la novela analiza el comportamiento y funcionamiento de la Compañía de Jesús de una forma extensa.

La catedral (1903)

La influencia de Zola es palpable.

El intruso (1904)

La bodega (1905)

La horda (1905)

Novelas psicológicas

La maja desnuda (1906)

La novela relata la vida de un humilde hijo de herrero que se convierte en pintor de talento famoso y sus peripecias con las mujeres de su vida en Roma, París y Madrid.

La obra causó un cierto escándalo en aquella época porque los lectores podían identificar a muchos de los personajes. Fue llevada al cine en Hollywoos en 1958, protagonizada por Ava Gardner y Tony Franciosa.

Los muertos mandan (1908)

Luna Benamor (1909)

Los argonautas (1914)

En esta obra se explayó sobre el fenómeno universal de la emigración.

La tierra de todos (1922)

Pasa revista a la aventura de la colonización.

Novelas de la guerra

Novelas inspiradas en la Primera Guerra Mundial (1914-1918):

Los cuatro jinetes del Apocalipsis (1916)

Es su obra más famosa y la escribió Blasco Ibáñez por encargo personal de Raymond Poincaré, presidente de Francia desde 1913 hasta 1920.

Narra la historia de Madariaga, español emigrado a la Argentina, sus hijas y sus yernos, un francés y un alemán, que regresan a Europa poco antes de que estalle la Primera Guerra Mundial. Allí verán cómo se destruyen sus naciones y su familia, enfrentada en el campo de batalla. Se ocupa de diversos temas filosóficos y culturales y a partir de ella se han realizado varias películas muy conocidas.

Fue rodada en 1921 por el cineasta irlandés Rex Ingram (1892-1950), y protagonizada por el gran latin lover de su generación: Rodolfo Valentino (1895-1926). Fue la película muda de mayor éxito de todos los tiempos. Cuarenta años más tarde volvió a ser adaptada a la gran pantalla, bajo la dirección del estadounidense Vincente Minnelli (1910-1986) y con un reparto de lujo: Charles Boyer, Lee J. Cobb, Glenn Ford, Angela Lansbury y Paul Lukas.

Mare Nostrum (1918)

Los enemigos de la mujer (1919)

Novela de toros

Sangre y arena (1908)

Novela sobre el mundo de los toros con la que consiguió fama universal gracias a sus múltiples adaptaciones cinematográficas.

Argumento: Juan Gallardo, un chico pobre de Sevilla, se escapa de casa para torear en las ferias. Triunfa primero como novillero y luego como matador, despertando el entusiasmo del público. Llega a alcanzarlo todo: fama, dinero y mujeres, y una esposa muy enamorada. Un día conoce a doña Sol y la convierte en su amante. Su mujer se entera y decide dejarlo. Juan ya no se interesa por los toros y decide retirarse, pero antes quiere torear por última vez. En la última corrida, al entrar a matar tiene una grave cogida. Antes de morir lamenta no haber aprendido a leer y escribir. Muere, pero su esposa considera que ha sido víctima de su destino.

La novela fue adaptada a la pantalla en 1922 por el director norteamericano Fred Niblo (1874-1948), confirmó el estrellato de Rodolfo Valentino y abrió una estela de remakes: la versión de 1941 protagonizada por John Carradine, Rita Hayworth, Tyrone Power y Anthony Quinn, y la de 1989, rodada por Javier Elorrieta, interpretada por Christopher Rydell, Sharon Stone, Ana Torrent y José María Caffarel.

Novelas históricas

Reconstruyen algunos de los episodios y personajes más representativos de la historia de España:

El papa del mar (1925)

Centrada en la figura del antipapa Benedicto XIII, más conocido como "el Papa Luna".

A los pies de Venus (1926)

El paje del mar (1927)

En busca del gran Khan (1928)

El caballero de la Virgen (1929)

Se basa en hechos históricos y narra la vida del navegante, conquistador y prototipo de descubridor Alonso de Ojeda (1466-1515), alias El caballero de la Virgen. Narra la vida de los primeros exploradores, navegantes y conquistadores españoles que se asentaron en la isla la Española.

Novelas de aventuras

El paraíso de las mujeres (1922)

La reina Calafia (1923)

El fantasma de las alas de oro (1930)

Novelas cortas

El préstamo de la difunta (1921)

Las novelas de la Costa Azul (1927)

Las novelas del amor y de la muerte (1928)

El adiós a Schubert (1929)

Novelas de viajes

En el país del arte (1896)

Oriente (1907)

La Argentina y sus grandezas (1910)

La vuelta al mundo de un novelista (1925)

Narra el viaje alrededor del mundo que realizó el célebre escritor español en un crucero durante la década de los 20. En él aparecen gran cantidad de datos históricos, geográficos, culturales y políticos sobre el mundo en el período de entreguerras, narrados de primera mano de manera magistral.


Luis Coloma Roldán (1851-1915)

VIDA

Luis Coloma Roldán, el Padre Coloma, nació en Jerez de la Frontera. Su padre era un célebre médico. En 1863 ingresa muy joven en la Escuela Naval de San Fernando, que abandona al poco tiempo para cursar la carrera de Derecho en la Universidad de Sevilla.

En Sevilla coincide con la revolución de 1868, hacia la cual el joven mantuvo una actitud hostil que reflejaría en sus escritos. Entra en contacto con numerosos escritores, entre ellos Fernán Caballero, Cecilia Bóhl de Faber, que se convierte en su mentora y cuyos consejos ayudaran a Coloma en su camino literario.

En 1868 termina sus estudios y se va a Madrid, donde empezó a frecuentar tertulias elegantes y donde conoce la vida y las costumbres de la aristocracia y la alta burguesía que más tarde plasmaría en sus obras.

Se inscribe en el Colegio de Abogados, sin llegar a ejercer. Desarrolla su actividad periodística en la propaganda en pro de la Restauración (1874), restablecimiento de la monarquía española en la persona de Alfonso XII, período y ambiente que después retratará en su novela Pequeñeces.

En 1827, estuvo a punto de morir a recibir un impacto de bala en el pecho cuando limpiaba un revólver. Este accidente afianzó su decisión de dedicarse al sacerdocio en la Compañía de Jesús. Hizo el noviciado en Francia y allí fue ordenado sacerdote dentro de la Compañía de Jesús.

De vuelta a España se le destinó a tareas educativas en centros de Sevilla, Galicia, Murcia y Madrid. No dejó de ejercer el periodismo.

En 1891 publica la novela Pequeñeces, una sátira social que armó gran revuelo por la pintura de una alta sociedad viciosa y mundana y de una nobleza colaboracionista con el advenimiento del régimen liberal de la Restauración.

El 6 de Diciembre de 1908 ingresa en la Real Academia Española. Su discurso de entrada en la Academia versó sobre el padre Isla.

Muere en Madrid a los 64 años de edad.

OBRA

El padre Luis Coloma se dio a conocer hacia 1880 como costumbrista y autor de tendencia moralizadora. Partiendo del realismo dulzón y tierno de su asesora literaria Fernán Caballero, se independiza bien pronto. El realismo naturalista del Padre Coloma tiene vetas de un preocupado espiritualismo.

Dejó una Obra completa distribuida en 19 volúmenes y constituida por 2 novelas, 41 relatos cortos, 6 biografías históricas, un discurso académico y dos libros religiosos.

Tres novelas de Coloma, Pequeñeces, Boy y Jeromín, fueron llevadas al cine: En 1926 Benito Perojo dirige Boy. En 1953 Jeromín dirigida por Luis Lucía e interpretada por Adolfo Marsillach, Ana Mariscal e Irene Caba Alba. En 1949 Juan de Orduña rueda Pequeñeces, película que tuvo un enorme éxito de público.

Novelas

Pequeñeces (1891)

El Padre Coloma alcanzó un ruidoso éxito con esta novela, en la que ataca con gran dureza a la aristocracia madrileña de la época de la Restauración. La obra es una sátira violenta de la aristocracia durante la época de la Restauración alfonsina, fue una de las obras que mayor polvareda y escándalo provocaron en siglo XIX. Las apasionadas discusiones que provocó explican su resonancia.

Esta obra de Coloma hace una pintura fuerte y descarnada de las lacras sociales, en un lenguaje de estilo ágil y periodístico. Desde el punto de vista puramente estético, la obra tiene escaso valor, el estilo es bastante pobre y la visión de los personajes y del ambiente resulta exagerada. Sigue la corriente imperante en el naturalismo: técnica de observación minuciosa. El título de la obra, Pequeñeces, hace referencia a esa serie de vicios sociales que en determinados ambientes son considerados pequeñeces.

Pero los lectores de la época no se interesaron por el valor artístico de la obra, preocupados antes que nada en identificar a los personajes de la ficción. Valera censuró con bastante dureza al autor por haber sacado a plaza pública personajes conocidos, aludiendo especialmente al "marqués de Butrón".

Argumento: El niño Paquito Luján, después de la ceremonia de distribución de premios de su colegio, queda solitario con sus distinciones y premios mientras sus compañeros gozan junto a sus padres. La madre de Paquito, condesa de Albornoz, lleva una vida frívola y no tiene tiempo para su hijo ni para su esposo, el marqués de Villamelón, que es un hombre vicioso y vacío. La condesa entabla relaciones amorosas con un pariente suyo, y estos escándalos llegan hasta el colegio de Paquito, a quien un compañero suyo le hace llegar un escrito injurioso para su madre. El chico piensa que el injuriador es su amigo Tapón, y en un día de paseo a orillas del mar le hace el reclamo. Las consecuencias son trágicas.

En la polémica sobre esta novela, doña Emilia Pardo Bazán defiende al Padre Coloma y alaba el realismo naturalista de su texto, aunque le censura un exceso de integrismo. En contra de Coloma se manifestó don Juan Valera que con su fina ironía dictaminó: la novela hubiera sido mejor sin ser sátira, y la sátira mejor sin ser novela, y el sermón retemejor si no hubiera sido ni novela ni sátira.

Pequeñeces fue llevada al cine en 1950 bajo la dirección de Juan de Orduña, con Aurora Bautista, Jorge Mistral y Sara Montiel, entre otros.

Boy (1896)

Eco de su estancia en el Colegio Naval de San Fernando, esta novela tuvo dificultades con la censura, lo que le obligó al autor a acabarla con un desenlace precipitado.

Argumento: Boy es hijo del duque de Yecla e hijastro de Rita Bolludo, duquesa de Yecla, mujer dominante que consigue alejar a Boy de la casa paterna y predisponerlo contra su padre, y así obtener provecho para sus propios hijos. Sin amor y sin dinero Boy intenta sobrevivir. Está seguro de que su padre le rechaza e ignora que el duque le sigue girando dinero, que no le llega porque el dinero es interceptado por la duquesa. Un primo de su madrastra, avaro prestamista, se aprovecha de la situación en la que se encuentra Boy. Ocurre el asesinato, y todos los indicios apuntan al joven.

Novelas históricas

Retratos de antaño (1895)

Una serie de evocaciones históricas.

La reina mártir (1902)

Sobre María I Estuardo (1542-1587), reina de Escocia (1542-1567).

Jeromín (1905)

La novela trata de la infancia picaresca y atolondrada de Juan de Austria (1545-1578), general español, hijo natural del emperador Carlos V (I de España) y Bárbara Blomberg y, por lo tanto, hermanastro de Felipe II.

Es la más popular de las novelas de Coloma después de Pequeñeces, verdadera crónica de don Juan de Austria, conocido en la infancia con el nombre que da título a la obra.

Argumento: Jeromín es un pequeño labrador que pasa por hijo de una buena campesina viuda, ignorante de ser hijo bastardo del rey Carlos V. Un día llega a su pueblo un carruaje real con órdenes de recogerlo, y así el niño es entregado al cuidado de Doña Magdalena de Ulloa, esposa de Don Luis Quijada, el fiel mayordomo del rey. La virtuosa mujer cría y educa al niño como si fuera su propio hijo, desconociendo su verdadero origen. Su esposo se limita a decirle que es hijo de un amigo suyo. Pasado el tiempo, fatigado, Carlos V se recluye en un monasterio, a donde lo siguen Don Luis y su familia; en su lecho de muerte, el rey conoce a su hijo, pero no le dice la verdad. Sin embargo, el secreto a voces se comenta en Flandes y empieza a correr por España.

Fray Francisco (1914)

Sobre Francisco Jiménez de Cisneros (1436-1517), cardenal y político español (castellano), conocido como el Cardenal Cisneros.

Cuentos infantiles

Ajajú

Periquillo sin miedo

El ratoncito Pérez (1894)

Cuento que el padre Coloma escribió para el niño Rey Alfonso XIII a petición de la Corte real. Alfonso XIII tenía entonces ocho añitos y se la había caído un diente. El ratoncito es un personaje bonachón que muestra al Rey Buby (apodo con que la Reina María Cristina llamaba a su hijo) las miserias de los pobres, antes de depositar un toisón de oro en su ilustre lecho.

Es costumbre que, cuando un niño pierde un diente, sus padres le digan que, si lo deja por la noche debajo de la almohada, el Ratoncito Pérez vendrá y se lo cambiará por un regalo.

Cuentos políticos-sociales

Medio Juan y Juan y Medio

Por un Piojo

Caín

Mal Alma

La Gorriona

Era un Santo

Cuentos legendarios

Paz a los Muertos

Cuentos rurales

Ranoque y Juan Miseria

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