Hispanoteca - Lengua y Cultura hispanas

 

Humor - Chistes españoles-2

© Justo Fernández López

Lengua española

www.hispanoteca.eu

horizontal rule

humor espaÑol - chistes

Páginas > 1 - 2 - 3


–¿Qué es el arte?

–Helarte es morirte de frío.


La madre le pregunta al niño:

–¿Por qué te da tanto miedo ir a la peluquería?

–Porque tienen un letrero que dice: Le quitamos diez años de encima. ¡Y yo sólo tengo nueve!


La maestra pregunta en la escuela a un niño:

–Si yo digo fui rica, es pasado, pero si yo digo soy hermosa, ¿qué es?

–Exceso de imaginación.


–Pepe, llevamos 20 años casados y nunca me has comprado ni una sortija, ni un collar...

–Nunca me habías dicho que vendieras joyas.


En una biblioteca:

–¿Dónde tienen el libro El hombre, un ser perfecto?

–Allá al fondo, en la categoría ciencia ficción.


El novio a su prometida:

–Creo que a tus padres no les resulto simpático.

–¿Por qué piensas eso?

–Porque me han dicho que parezco medio tonto...

–Es que todavía te conocen sólo a medias.


Un señor poco agraciado entra en la pescadería y dice al dependiente:

–Por favor, póngame bonito.

–¿Usted cree que puedo hacer milagros?


Entre amigos:

–Ayer juré no volver a fumar, ni a beber nunca más.

–Admiro tu gran fuerza de voluntad.

–De veras que la necesité, fueron los 10 minutos más duros de mi vida.


–Con oír el trote de un caballo, digo de qué color es.

–Asombroso, ¿y siempre aciertas?

–No, casi nunca.


–¿Por qué sacas una fotocopia de todas las cartas que escribes a tu novia? ¿Es que no quieres repetirte?

–¡Qué va! ¡Lo que no quiero es contradecirme!


–¿Sabes? Anoche, cuando dormías, me estabas insultando.

–¿Y quién te ha dicho que dormía?


En un baile:

–Señorita, ¿va usted a bailar?

–Pues con mucho gusto.

–Entonces, ¿me permite su silla?


–¿Papá, ¿qué está más lejos: la luna o Córdoba?

–Hijo, ¿tú ves Córdoba?


–Hace tiempo que no veo a tu hijo por aquí.

–Es que se marchó a Londres a continuar sus estudios de trompeta.

–¿Con una beca de intercambio?

–No, por cuenta de los vecinos.


–Hijo, ¿no crees que sería mejor para ti estudiar durante los nueve meses del curso y luego divertirte durante los tres que tienes de vacaciones?

–Pues yo veo mejor divertirme durante nueve meses y estudiar tres.


–Bueno, joven, ahora que ha conseguido el puesto de trabajo en la empresa, tengo que decirle que aquí se trabajan las ocho horas.

–¿Repartidas en cuántos días?


–Mi capitán, ¿sabe usted dónde está el cabo Finisterre?

–¡Pero cómo puede ser usted tan burro! ¡Está en La Coruña!

–Bueno, no se ponga así. Es que no sabía que estaba de permiso.


Dos amigas tras un tiempo sin verse:

–Oye, ¿y todavía no te has casado, verdad?

–No. Espero a mi príncipe azul.

–¿Y cómo sabrás que es él?

–Pues mujer, por el color.


–¿Cuántos años cumples?

–Veinticinco...

–¡Pero si el año pasado dijiste que cumplías esos mismos años!

–Para que veas que yo no soy de esas que hoy dicen una cosa y mañana otra.


En el examen de conducir, el profesor señala el limpiaparabrisas y le pregunta al alumno:

–¿Me podría decir para qué sirve esto?

–Eso sirve para que los agentes de tráfico pongan las multas.


–Cariño, voy a casa de la vecina y vuelvo en un minuto. No olvides de echar un vistazo al cocido cada media hora.

–¡...!


Un tipo se acerca con su mujer a un grupo en un velorio y dice a uno de los presentes:

–No somos nadie.

–Nosotros tampoco, pero como daban pinchos...


–¿Sabes por qué se ríen los ángeles?

–¿Por qué?

–Pues por la gracia de Dios.


–¿Y a ti por qué te han metido aquí en la cárcel?

–Pues por ser pobre y querer ser rico antes de tiempo... ¿Y tú?

–Yo por ser millonario y querer hacerme pobre en la última declaración de la renta.


–¿Cuál es el santo más pequeño?

–Pues San Tito.


Mi marido es un sol, pero me tuve que divorciar de él porque me ponía negra.


La profesora, en clase, explica a los alumnos:

–Voy a hacer dos preguntas, pero el que contesta bien la primera no tendrá que responder la segunda. A ver, ¿cuántos pelos tienen los caballos en el lomo?

–Setenta y dos mil quinientos veintitrés.

–¿Y tú cómo lo sabes?

–¡Ah! Ésa ya es la segunda pregunta.


Diálogo entre peces:

–¿Qué es lo que hace tu papá?

–Nada.


–¿Qué tal te va eso del matrimonio?

–Pues al principio muy bien, pero en cuanto sales de la iglesia...


–Me han robado la chaqueta de cuero que usted me vendió el otro día.

–Ya le dije que era de las que se llevaban.


–¿Es carnicería?

–No, habla con la zapatería.

–Lo siento, me equivoqué de número.

–No importa, tráigalos y se los cambiamos.


–Cuando me casé, mi marido era todo mi mundo.

–¿Y ahora?

–Ahora he aprendido algo más de geografía.


–¿Cuándo habrá igualdad entre hombre y mujer?

–Cuando la mujer sea gorda, calva, babosa, barriguda y carcamal. ¡Y aún así se vea atractiva!


Consejo del médico a un paciente:

–Usted va a tener que dejar de fumar, de beber y se olvidará del sexo.

–Y de ese modo viviré más, ¿no?

–No, pero se le hará más largo.


–Jaimito, tienes que cuidar más tu ortografía. “Hoy” se escribe con ‘h’, pero “ayer” sin escribe sin ella.

–¿Y por qué cambia tanto la ortografía de un día para otro?


–Cariño, ¿llorarías por mí si me muriera?

–Pues claro que sí, mi amor; tú sabes que yo lloro por cualquier cosa.


–Oye, dile a tu hijo que deje de imitarme de una vez.

–¡Niño, deja ya de hacer el idiota!


En un bar:

–Póngame una tortilla.

–¿Francesa o española?

–Me da igual, domino ambos idiomas.


–¿Sabías que hace 5.000 años que se juega al ajedrez?

–¿Y en tantísimo tiempo no debería haber ganado alguien?


En el ejército:

–¡Armas al hombre!

–No hombre, el del cañón no.


–He ido al médico y me ha quitado el whisky, el tabaco y las drogas.

–Pero bueno, ¿tu vienes del médico o de la aduana?


Dos niñas comparten litera. Al ir a dormir, la que duerme en la litera de arriba comienza a rezar:

–Con Dios me acuesto, con Dios me levanto, con la Virgen María y el Espíritu Santo.

Se hunde la litera y la de la litera de abajo dice:

–¡Eso es lo que pasa por dormir con tanta gente!


–Hola, buenas, venía a pedir la mano de su hija.

–¿Ha visto ya a mi mujer?

–Sí, pero prefiero a su hija.


El profesor reparte las notas a los alumnos:

–Luis, un diez. Pepe, un ocho, José, un cero.

–Profe, ¿y por qué a mí un cero?

–Por copiarte el examen de Pedro.

–¿Y por qué piensa usted que copié?

–Porque las cuatro primeras preguntas están iguales. En la última, Pedrito respondió: “Ésa no me la sé”. Y tú has puesto: “Y yo tampoco”.


–Mi hijo anda en bicicleta desde los cuatro años.

–Pues ya debe de estar bastante lejos.


–¿A qué hora llegaste esta noche?

–A las tres y cinco.

–¡Mentira, ya eran las ocho!

–¿Y 3 más 5 cuánto es?


Si das un pescado a un hombre, le alimentarás un día, pero si le enseñas a pescar, te librarás de él todos los fines de semana.


–¿Cuál es la frase preferida de Jack, El destripador?

–Vamos por partes.


–¿Tiene un traje de camuflaje?

–Sí, pero no lo encuentro.


–¿Qué les puedo poner a los señores?

–A mí póngame una langosta y un buen cava.

–¿Y a su señora?

–A mi señora póngale un fax y dígale que me lo estoy pasando genial.


–Oye, ¿pero a ti no te caía mal tu suegra?

–Sí, fatal.

–Y entonces, ¿por qué llevas su foto en la pitillera?

–Es que estoy intentando dejar de fumar.


–¿Qué le dice un cable a otro?

–Somos intocables.


–Pues yo a los 8 años ya me ganaba un dinerito con el piano.

–¿Ah sí? ¿Ya dabas conciertos?

–No, pero los vecinos me pagaban para que no tocase el piano a la hora de la siesta.


–Entre pitos y flautas me gasté 400 euros.

–¿Y eso?

–Pues 200 en pitos y 200 en flautas.


–Me he comprado cien palomas.

–¿Mensajeras?

–No, no te exagero nada.


–Mamá, me voy de caza.

–Pero si tú no tienes escopeta.

–No, me voy de caza para siempre.


–¿Sabes? Me he aprendido toda la guía telefónica.

–¿De memoria?

–No, razonándola, ¡no te digo!


–Papá, ¿qué es robar?

–Anda, sigue corriendo que no nos coja la poli.


En el ejército, el sargento pregunta a un soldado muy lerdo:

–A ver, si delante tiene usted el Norte, a su izquierda el Este y a su derecha el Oeste, ¿qué tiene usted a su espalda?

–La mochila, mi sargento.


–Yo tengo un loro que dice “papá”.

–Pues yo tengo una lata que dice “guisantes”.


En la zapatería.

–¿Tienen zapatos del 36?

–No, lo siento, de la guerra ya no nos queda nada.


–A ver, Paquito, dime el verbo robar en futuro.

–Yo iré a la cárcel, tú irás a la cárcel, él irá a la cárcel, ...


–Doctor, cada vez que tomo café me duele un ojo.

–¿Y probó usted ya a sacar la cucharilla de la taza antes de beber el café?


En un banco:

–Oiga, ¿me podría cambiar este billete de 500 por seis de 100?

–Hombre, se lo podría cambiar por cinco de 100.

–¡Pues vaya favor!


–Papá, ¿por qué te casaste con mamá?

–Hijo, tú tampoco lo entiendes, ¿verdad?


–Estás muy gorda...

–¡Uy, sí! Como una tapia.


Un recluta se dirige a su superior:

–Mi cabo, no cabo en la cama.

–No se dice cabo, se dice quepo.

–Perdón, mi quepo no cabo en la cama.


Un policía a un mendigo que está cantando en la calle:

–Señor, acompáñeme.

–Y ¿qué canción va a cantar?


Una familia de la ciudad están de excursión en el campo y preguntan a un campesino:

–Oiga, ¿podríamos sentarnos en este prado para ponernos a comer?

–Sí, claro, pero dejen algo para las vacas.


–Abuelo, ¿cómo hace usted para conservarse tan bien?

–Nunca discuto.

–¡Venga, hombre, no será por eso!

–Lo que usted diga.


–¿Cuál es el pájaro más generoso que hay?

–El pa–pagá–yo.


Esto es una injusticia: Sócrates, por decir Sólo sé que no sé nada, pasó a la posteridad; en cambio yo le dije eso mismo a mi profesor en junio y me tocó repetir curso.


Una manzana le pregunta a una pera:

–Oiga, ¿desde cuándo espera?

–Desde que nací.


–¿Me da un billete de metro, por favor?

–Lo siento, pero tan grandes no tenemos.


–Si un pollo y un perro nacen el mismo día, ¿cuál es el mayor después de un año?

–Pues el pollo porque tiene año y pico.


–¿Por qué no se ha tomado usted el jarabe que le receté?

–¿Cómo me lo iba a tomar si en el frasco decía “consérvese bien cerrado”?


–¿Sabías que tu novio había salido conmigo antes de conocerte a ti?

–Pues no, pero siempre me dijo que antes de conocerme a mí había cometido algunas estupideces.


–No llores. Las niñas buenas no lloran, porque, si no, de mayores se vuelven feas.

–Pues usted debió de llorar mucho de pequeña, ¿no?


–Espero no sorprenderle copiando en el examen como la otra vez.

–Pues eso espero yo también, profesor.


–Tranquilízate, hombre, que pareces Spiderman.

–¿Por qué parezco Spiderman?

-Porque estás que te subes por las paredes.


En la ventanilla de un banco:

–¿Cómo quiere que le dé el dinero?

–¿Qué le parece si yo alargo la mano y usted me lo pone en ella?


Un grupo de presos planean fugarse de la cárcel y le dicen al más tonto:

–Vete a ver cómo es la pared: si es muy alta, tenemos que cavar un hoyo; pero si es baja, la podremos saltar.

Después de dos horas vuelve el tonto:

–Malas noticias: no podemos escapar porque no hay pared.


Jaimito, muy serio, anuncia a sus padres:

–Me voy de caza.

–¿Sin escopeta?

–No, me voy de caza para ziempre.


El juez:

–¿Su esposa colaboró o no en el robo de la alfombra?

–No señoría, ella sólo me acompañó para elegirla.


–Pepe, ¿viste el apagón de ayer?

–¡Cómo lo iba a ver si me quedé a oscuras!


–Hombre, Felipe, hoy toses bastante mejor que ayer.

–Es que me he pasado la noche practicando.


El jefe a la secretaria:

–Señorita, ¿por qué no coge usted el teléfono?

–Porque todas las llamadas son para usted.


–Hijo, si te sigo ayudando a hacer los deberes, el maestro se va a dar cuenta de que soy yo el que te resuelve los problemas.

–Pues creo que ya se ha dado cuenta porque ayer me dijo que era imposible que yo solo hiciera tantos disparates.


En un taxi:

–Por favor, ¿se puede fumar en el taxi?

–No.

–¿Y este cenicero para qué es?

–Para los que no preguntan.


–A ver, Pablito, dime una palabra con muchas ‘oes’.

–Goloso, coloso.

–Y tú, Jaimito, ¿sabes alguna palabra con muchas ‘oes’?

-¡Gooooooooool de Robinho!


–Cariño, ¿si te tocara la lotería me dejarías de querer?

–Claro que no, cariño. Pero te echaría mucho de menos.


Después de lavarle la cabeza a una clienta, la peluquera pregunta:

–¿Quiere que se la envuelva en una toalla?

–No, gracias. Me la llevo puesta.


Entierran a un millonario que ha dejado una inmensa fortuna a sus herederos y uno de los asistentes llora desconsoladamente.

–¿Es usted de la familia?

–No, por eso lloro.


¿Qué dice un dermátologo? “Vamos al grano”.


–Mamá, ¿por qué la novia va vestida de blanco?

–Porque es el día más feliz de su vida.

-Entonces, ¿por qué el novio va con traje negro?


En el fútbol:

–Oye, ¿a quién insulta tanto el público?

–Al de negro.

–¡No me extraña!, lleva una hora en el campo y no ha tocado aún la pelota.


–Tenga usted piedad con este pobre ciego que no tiene trabajo y tiene que mantener a una familia numerosa.

 –Oiga, buen hombre, ¿y cuántos hijos tiene usted que mantener?

 –Pues, señora, no lo sé; como no veo ...


Un diputado dormitaba en el parlamento.

Presidente: Sr. X, está usted dormido.

Diputado: No señor, estoy durmiendo.

Presidente: Bueno, viene a ser lo mismo.

Diputado: No señor, porque no es lo mismo estar jodiendo que estar jodido.


-Doctor, yo hago el amor con mi mujer diez veces al día. ¿Eso es bueno?

-Pues ni es ni bueno ni malo, es simplemente mentira.


–¿Cómo se dice „dispara“ en árabe?

–Ahí-va-la-bala.


–Te advierto que me están costando mucho dinero tus estudios.

–Pues te están estafando, papá. Porque no estudio ni papa.


–Mi papá me ha traído un caracolillo de mar que dice: „Recuerdo de San Sebastián“.

–Pues el mío ha traído unas cucharillas de plata que dicen: „Fonda de la Estación“.


–Mira, Ceferino: ¿Te acuerdas de aquellos preciosos versos que me escribiste cuando éramos novios?

–Sí que lo recuerdo, aunque han pasado ya más de cincuenta años.

–Pues acabo de leer un tal Gustavo Adolfo Bécquer que te los ha copiado al pie de la letra.


En una familia donde el padre se llama Pepe, la madre Pepa y el hijo Pepín, ¿cómo le dice el padre a la madre que le dé pan al hijo?

–Pepa, pon pan pa Pepín.


–¿Cuál es el animal, que es dos veces animal?

–El gato porque es gato y además araña.


–¿Cuál es la enfermedad que nunca pueden tener los pobres?

–Las paperas. Porque si no tienen pa pan, ¿cómo van a tener pa peras?


Un sacerdote explica en la clase de religión el milagro de la  creación del mundo.  Después de oír la explicación, Jaimito se levanta y hace  una pregunta.

-  Pero, profesor, ¿cómo es entonces que mi padre dice que descendemos del mono?

-  Niño, dile a tu padre que la historia de vuestra familia no nos interesa en absoluto.


En un bar, un cliente le dice al dueño que está detrás de la barra:

-¿Cuántos toneles de cerveza despacha en una semana?

-Pues ... unos ocho toneles.

-¿Quiere que le diga cómo podría despachar diez u once?

-Sí, ¿cómo?

-Llenando más los vasos.


Un médico le pide al paciente que se realice un análisis de semen, para lo cual le dice:

-Vierta el semen en este tarro y me lo trae mañana.

Al día siguiente, el paciente se presenta con el tarro vacío, y el doctor le dice:

-¿No le pedí que trajese el semen en el tarro que le di?

A lo que el paciente responde:

-Doctor: ni con una mano, ni con la otra, ni con las dos manos, ni mi mujer con las dos manos, ni mi hija con la boca, ni mi suegra con un trapo ... pudimos abrir el tarro.


-Oiga, ¿cómo está su marido?

-¿Comparado con cuál?  [chiste de Gila]


Era un hombre muy metódico que todos los días llegaba a la playa, ponía su toalla  en  la arena,  colocaba todas sus cosas,  y a la una en  punto se tiraba al agua.

Un día llegó a la playa, puso su toalla en la arena, colocó sus cosas y de repente  pasaron  dos  chicas  estupendas que lo liaron en una conversación muy amena.

¿Qué creen que hizo ese día nuestro metódico y pedante señor?

Ese día  no se tiró a la una, sino a las dos.


Un señor llega a un bar y pide:

-Una tortilla.

-¿Francesa o española?

-Me da igual; no pienso hablar con ella.


Un señor muy miedoso va al médico. Lo primero que le dice el doctor:

-¡Diga 33!

-Así, de golpe, ¿sin anestesia ni nada?


-¿Se declara usted culpable o inocente?

-Inocente, señoría.

-¿Ha sido usted arrestado alguna vez antes?

-No, señor. Esta es la primera vez que he robado.


Un caníbal viaja en avión. Se le acerca la azafata y le dice:

-Ahora le traigo el menú, señor.

A lo que el caníbal responde:

-No, prefiero la lista de pasajeros. [Die Passagierliste wäre mir lieber]


Al llegar a un isla, los antropólogos preguntan a los indios si allí hay todavía caníbales.

-No  señor -les  contestó el cacique de la tribu- aquí ya no quedan caníbales, hemos acabado con ellos, el último nos lo hemos merendado la  semana pasada.


El policía da parte a su superior del robo nocturno de un banco:

-Los ladrones eran de Lepe.

-¿Y cómo lo sabe usted, si no logró agarrarlos?

-Porque hicieron un agujero para entrar y otro para salir.


Un  policía muestra a un gitano la foto de un bandido muy buscado diciéndole:

-Fíjate bien en este bandido, si lo ves en algún sitio, llámanos que lo andamos buscando para detenerlo.

-¿Y cómo no lo detuvieron cuando le hicieron la foto?


-Tengo entendido que usted tiene para su mujer un nombre muy cariñoso.

-Sí, le llamo pajarito. 

-¿Por qué?

-Porque siempre está que trina.


Avanza el Séptimo de Caballería por el Oeste y un soldado le indica al capitán:

-¡Capitán, capitán! ¡Que vienen 8.524 indios!  

-¿Y tú cómo sabes que son 8.524 indios?  

-Pues muy fácil. He contado las patas de los caballos y lo he  dividido entre cuatro.


Una señora entra en una tienda para bebés:

-¡Hola! Venía a pagar la última letra del cochecito de mi hijo.

-¡Ah! ¿Y cómo está el niño?

-¡Bien! Le ha tocado hacer la mili en Ceuta.


El niño le grita a su padre:

-¡Papá, papá! En el colegio me han castigado por algo que no he hecho.

-¿Y qué ha sido, hijo?

-Los deberes.


 El guía le dice a los turistas:

 -A la izquierda, el castillo que mandó construir Luis II de Baviera.

-Oiga, yo no veo nada.

-Claro, es que no le hicieron caso. 


El marido regresa de la cárcel y agradece a su mujer el detalle de haberle comprado un pijama nuevo para empezar nueva vida. ¿Cómo se lo agradece el marido?

-Cariño, gracias por no haberlo comprado a rayas.


Dos cantantes discuten a porfía sobre quién de los dos tiene más éxito ante el público.

–Pues mira, yo el mes pasado di un concierto de música sacra en la iglesia de  Plasencia y la imagen de la Virgen del Rosario empezó  a derramar lágrimas.

–Pues aún la semana pasada di yo también un concierto en la misma iglesia. ¿Y sabes lo que me pasó? Que al final, cuando ya se había ido la gente fui a ver si la Virgen lloraba y, de repente, se me baja Jesucristo de la cruz, me da la mano y me dice:  "Usted sí que ha cantado bien, buen hombre, y no como ese aprendiz de cantante del mes pasado que hizo llorar a mi madre". 


–¿Cuál es el colmo de un peluquero?

 –Perder el tren por los pelos.


–¿Cuál es el colmo de un electricista?

–No tener enchufe.


–¿Cuál es el colmo de un carpintero?

–Tener una hija cómoda y otra coqueta.


–¿Cuál es el colmo de un sastre?

–Tener una hija americana y un hijo botones.


–¿Cuál es el colmo de un forzudo?

–Doblar una esquina.


–¿Cuál es el colmo de un músico?

–Que su mujer se llame Tecla y la toque otro.


–¿Cuál es el colmo de un tenor?

–Haber tenido un Plácido Domingo.


–¿Cuál es el colmo de un marido?

–Que su mujer le engañe con el querido de su querida.


Dos españoles en Chile.

–Parece que en Chile no nos quieren.

–¿Por qué lo dices?

–Mira lo que pone ahí: “Correos de Chile”


–¿Por qué entran las mujeres de Lepe de puntillas al Corte Inglés?

–Porque no admiten talones.


–¿Por qué la gente de Lepe no sale del pueblo?

–Porque a la salida solo hay un letrero que pone "Huerva".


–¿Por qué los leperos echan cebolla en la carretera?

–Porque les han dicho que es bueno para la circulación.


–¿Por qué están en Lepe los semáforos tres o cuatro metros más alto de lo

normal?

–Para que no se los salten.


Jaimito entra en la alcoba de sus padres y los agarra haciendo  el  amor.

Al día siguiente, pregunta Jaimito a su padre:

-Papá, ¿qué le estabas haciendo esta mañana a mamá?

-Pues nada hijo, le estaba poniendo una inyección. 

-Pues no le debió haber hecho mucho efecto, porque cuando tú te marchaste a trabajar, vino el cartero y le puso otra. 


El gitano se muere y todos lo están velando en casa. Entra un compadre, se pone delante del cadáver y le dice al muerto:

-Ya te lo decía yo, el tabaco, el tabaco, compadre, te va a matar.  

La esposa del difunto que lo oye le dice:

-Pero si lo atropelló un autobús en la calle.

-Sí, pero cuando iba a buscar tabaco.  


Por teléfono:

-Oiga, ¿con quién hablo?  

-Con la zapatería La Bota.

-Perdone, creo que me he equivocado de número.

-No importa, tráigame los zapatos y se los cambio por otro número. 


Estaban dos gambas de tertulia, y una dice a la otra:

–Estoy preocupada, chica. Mi madre fue ayer a un cocktail y todavía no ha regresado.


Un niño está montando en bicicleta y le grita a su madre:

-¡Mira, mamá! ¡Sin manos!

-¡Mira, mamá, sin piernas!

-¡Mira, mamá! ¡Ahora zin dientez!  


-Señorita, ¿cómo se escribe bala?

-Como suena.

-¡Pump! 


El  inspector  de enseñanza media llega a un pueblo y visita  la  escuela. Pregunta a un niño:

–¿Quién escribió el Quijote?

–Yo no fui.

Entonces se dirige a la maestra y le dice:

–¿Ha oído? Le pregunto quién escribió el Quijote y dice que él no fue.

–Pues si el niño lo dice, puede estar usted bien seguro que él no fue. Le conozco muy bien y sé que no miente.

El inspector se va desesperado y se encuentra en la calle con el cura y le cuenta lo ocurrido. A lo que el cura le dice:

–No le haga usted caso a la maestra, está compinchada con el niño porque tiene una habitación alquilada en casa de los padres del chiquillo.

El  pobre inspector no podía creer lo que oía.  Se fue a la estación  para coger  el primer autobús de vuelta a la ciudad y no volver más  por  aquel pueblo. En la estación se encuentra a dos guardias civiles y les cuenta lo decepcionado  que está de aquel pueblo porque le preguntó a un niño  quién había escrito el Quijote y el crío le dijo que él no había sido.  A lo que los guardias le dijeron:

–No  se preocupe usted.  Denos el nombre del crío que nosotros le  vamos  a hacer que diga la verdad.    


El teniente explica a los reclutas la orientación nocturna. Para asegurarse que todos lo han entendido, se dirige al que tiene delante suyo y le pregunta:

-Dime, soldado, si tú tienes delante tuyo a la estrella polar, ¿qué tendrás a tus espaldas?  

-¡La mochila, teniente! 


–¿Cuántas veces os he dicho que no os peléis?

–Si no nos peleamos, tía. Estamos jugando a papá y mamá ...


Le digo a usted que no hay ciudad europea que no haya visto.

–¿Ya ha estado usted en Venecia?

–Por supuesto, ¡no faltaba más!

–¿Y vio el león de San Marcos?.

–Ya lo creo; precisamente llegué en el momento en que le estaban dando de comer.


Se encontraban en un bar poco después de un terremoto y Satur pregunta a Charli.

–¿Te asustaste mucho mientras duró el terremoto?

–Sí, bastante. Pero no creas, la tierra temblaba más que yo ...


El profesor con el padre de Samu.

–¿Sabe que me responde su hijo cuando le pregunto en clase?

–Pues no lo sé.

–Exactamente, ha acertado Usted.


Entra un mexicano muy enfadado en la cantina y dice gritando:

–El que haya pintado mi caballo de color rosa se va a enterar de quién soy yo.

–¿De qué me voy a enterar? – pregunta un hombre muy alto y musculoso.

–Pues de que ya se secó y le puede dar la segunda mano de pintura.


El profesor al alumno:

–Es evidente que Ud. está más gordo que instruido.

–Eso es verdad, señor maestro. Pero no se extrañe Ud. porque el que me da de comer es mi  padre y el que me instruye es Ud.


Se levanta un diputado para atacar a un colega suyo de la oposición:

–Y además me he enterado que Ud. es un simple veterinario.

–Sí, señoría. ¿Se siente Ud. enfermo?  [Fehlt Ihnen was?]


–Papá, ¿por qué decimos “lengua materna”? ¿No sería más equitativo llamarla alguna vez “lengua paterna”?

–No, hijo. Porque la que habla siempre es tu madre.


–¿Qué tomaría para esta ronquera? Estoy completamente afónico.

–Toma huevos.

–¿Y eso es bueno?

–¡Figúrate! las gallinas cuando ponen huevos cacarean.


–¿Qué te recetó el médico contra el insomnio?

–Que me fuera a dormir con las gallinas.

–¿Y qué tal?

–No pegué ojo en toda la noche. Me caí diez veces del palo.


–Mi marido y yo somos uno.

–Pues mi marido y yo somos diez: Yo soy el uno y él es el cero.


–¡Hola! ¿Qué cuentas?

–Pues para ser sincero, sólo hasta nueve.


–En Rumanía los policías van siempre en grupos de tres: uno sabe leer, el otro sabe escribir y el tercero tiene que vigilar que dos los científicos no se fuguen a Estados Unidos.


-Mamá, mamá, mi maestra es una ignorante, no sabe nada.

-Pero hijo, ¿por qué dices eso?

-Porque se pasa toda la mañana preguntándonos cosas.


El médico le dice al paciente:

-Tengo que darle dos noticias, una mala y otra peor:

 La mala es que le quedan a usted 48 horas de vida.

 Y la peor es que se me ha olvidado de decírselo a usted ayer.


–¿Pero qué te ha pasado que llevas el ojo amoratado?

–Es que vengo de enterrar a mi suegra.

–¿Y eso qué tiene que ver?

–Es que ella re resistía.


Mire hijo - le dijo el padre a Jaimito -, todo el año te pasas contando  mentiras. Pues bien, hoy es el día de los Santos Inocentes y tienes permiso para contar mentiras.

Y le espeta el crío:

-¡Papá!


Era un señor que tenía un reloj que adelantaba tanto que el otro día fue a  un entierro y el tío todavía no había muerto.


-¿Cuál es el animal que hace el amor con más luz?

-La foca, porque lo hace con el foco.


Un hombre entra en una tienda de fotos y le dice al dependiente:

-Mi mujer me engaña con el cartero.

-¡Y a mí qué! Esto es una tienda de fotos.

-¡Ah! Como pone: "Entre y revele su rollo".


–¿Por qué los elefantes tienen trompa?

–Por que les sale de las narices.


-¿Sabes por qué a los hombres que se han muerto por haber tomado "Viagra" no los pueden enterrar?

-Porque no pueden cerrar la tapa del ataúd.


Dos amigos:

–¿Me prestas mil pesetas?

–¿Y cuándo me las devuelves?

–¿Crees que por mil pesetas adivino el futuro?


En una armería:

–Quiero una escopeta para mi marido.

–¿Le ha dicho de qué calibre?

–¡Qué dice! Si ni siquiera sabe que le voy a disparar.


Entre amigas:

-Mi marido es barbero, pero si hubiera sido torero sería el más grande.

-¿Por qué lo dices?

-Porque es raro el día que no le corte la oreja a algún cliente.


Un  cliente muy angustiado llama al camarero:

–Oiga, hay una mosca muerta en mi sopa.

–¿Y qué esperaba por este precio? ¿Una viva?


Un niño dice a su madre:

-Mamá, en el colegio me llaman interesado.

-¿Y eso por qué?

-Dame veinte duros y te lo cuento.


Una mujer, muy preocupada, le dice a su marido:

-Manolo, si yo me pegase un tiro, ¿tú lo sentirías?

-Pues claro que sí, cariño, ¿qué te piensas?, ¿que soy sordo?


Un hombre entra en un bar. El camarero le sirve inmediatamente y, luego, le  pregunta:

-¿Usted es bombero, verdad?

-Pues sí, ¿cómo lo ha adivinado?

-Por la forma de andar, de apoyar el brazo en la barra, por la manera de  pedir la copa, por la mirada, por las botas, el casco y la manguera ...


Por teléfono:

-Oiga, ¿es el 99 99 99?

-No. Aquí es el 66 66 66.

-¡Vaya! Ya he vuelto a marcar al revés.


Dos señores mayores están sentados en la plaza del pueblo cuando pasa una  jovencita muy atractiva y uno le dice al otro:

-Anda, dile algo verde.

Y el otro, tras mucho pensar, le dice a la chica:

-¡Alfalfa!


En un restaurante:

–Camarero, he encontrado un pelo en la sopa, y no es mío.

–Démelo, por favor, lo guardaremos por si viene alguien a reclamarlo.


Un niño le pregunta a su madre:

-Mamá, ¿por qué te casaste con papá?

-Hijo, ¿tú también te lo preguntas?


Un ingeniero, un químico y un informático van en un coche, de repente el  vehículo se para, y dice el ingeniero:

-Va a ser el chasis.

A lo que responde el químico:

-¡Qué va!, es de la combustión de la gasolina.

Y finalmente, dice el informático:

-¿Y si salimos y volvemos a entrar?


En una comisaría:

-Me han robado la cartera.

-¿Y no lo sintió usted cuando le robaron?

-Sí. Y lo sigo sintiendo.


Un borracho renitente en una comisaría de policía. El comisario:

-Ya estoy cansado de verlo a usted por aquí. Váyase, no lo quiero volver a  ver más.

El borracho:

-¿Es que lo van a trasladar a usted a otra comisaría? ¡Cuánto lo siento!


–Para esto tiene Vd. que ser mayor de edad.

–¿Cuántos años hay que tener para eso?

–Dieciocho.

–Entonces no. Yo tengo muchos más.


Entre soldados:

–En mi pueblo cavando la tierra encontraron unos hilos de telégrafos, lo cual demuestra que ya tenían telégrafo en tiempos antiguos.

–Pues en el mío estaban más adelantados. Todos los días están cavando la tierra sin encontrar ninguno, porque usaban telegrafía sin hilos.


El pequeño Samu:

–¿Cuántos años tienes, Samu?

–Cinco.

–¿Y el año pasado?

–Cuatro.

–Pues entonces tienes nueve; porque cinco y cuatro ¿cuántos son?

–Nueve.

Comprende Samu la broma y a su vez pregunta:

–¿Y Ud. cuántas piernas tiene?

–Dos.

–¿Y el año pasado?

–Dos.

–Pues entonces Ud. es un cuadrúpedo; porque dos y dos son cuatro.


Satur y Charli:

–Yo siempre he sido un andarín, dice Charli a su amigo Satur. Un día anduve 6 kilómetros para dar una bofetada a un enemigo.

–¿Y también volviste a pie?

–No. Me trajeron en camilla.


En un examen:

Profesor:        –¿Cuáles son los rayos catódicos?

Alumno:          –Isabel y Fernando.

Profesor:        –¡Ah! ¿Sí? ¿Y los Reyes Católicos?

Alumno:          –Los reyes católicos son Melchor, Gaspar y Baltasar.

Profesor:        –¿Y los Reyes Magos?

Alumno:          –Ésos son los padres.


El pequeño Samu:

El profesor dice a Samu que le explique algún ejemplo de fraude.

Samu: –Fraude sería que Ud. me suspendiera en el examen.

Profesor:        –¿Y eso por qué?

Samu: –Porque fraude es aprovecharse de la ignorancia de otros para hacerles daño.


Importancia del acento:

Un alumno japonés del curso de español para extranjeros va al bar y mirando fijamente al camarero a los ojos le dijo:

–Te quiero.

El camero reaccionó sorprendido, pero de repente se dio cuenta del error del japonés.

Camarero: –¿Con acento o sin acento?

Japonés: –Té quiero, con acento.


Nuestro hombre entró en una ferretería, acompañado de tres chiquillos de ocho, cinco y tres años de edad. Parecía estar sumido en profundas reflexiones, cuando el dueño de la tienda le preguntó en qué podía servirle.

–Sé que necesito algo más, pero no me acuerdo de qué.

Entonces miró a sus hijos y les preguntó:

–Bueno, niños, además de la cama y la puerta del baño, ¿qué más rompisteis esta semana?


Viaje en avión:

Iba un grupo de locos en un avión. De pronto se alteran y comienzan a correr y a saltar poniendo en peligro la estabilidad del avión. El capitán le dice asustado al director que iba con él en la cabina.

Piloto: –Por favor, haga algo para calmarlos porque corremos peligro de estrellarnos.

Director: –No se preocupe, que esto lo arreglo yo enseguida.

Salió de la cabina y entró donde estaban los locos. Al poco tiempo cesó el jaleo y el avión se deslizaba con maravillosa suavidad. Cuando regresó a la cabina, el piloto le preguntó:

Piloto: –¡Es asombroso! ¿Cómo ha conseguido calmarlos?

Director: –Muy sencillo. He hecho lo que todos los días. He abierto la puerta y he dicho: ¡Hala, chicos! A jugar al patio.


–¿Por qué va usted por la calle dando palmadas?

–Para espantar a los leones.

–Pero si no hay ninguno.

–¿Lo ve usted? ¿Ve cómo da resultado este método?


–Quiero comprar una cama muy resistente.

–Muy bien. Pero el señor no me parece muy corpulento.

–Pero es que tengo un sueño muy pesado, ¿sabe usted?


Un hombre vendiendo sillas en el rastro:

–Cuanto cuestan?

–Mil sitisientas

–¿Y si no me siento?


¿Como se llama el ministro chino sin cartera ?

¿Me Lan Kitao?


El que madruga... encuentra todo cerrado.
Dime con quien andas... y si está bueno me lo mandas.
Ojos que no ven... zapatos llenos de caca.
Siembra un árbol... haz feliz a un perro.
Amor de lejos... felices los cuatro.
Caballo regalado... tiene que ser robado.
Hazlo bien... sin mirar con quién.
Cuando un millonario pasa a mejor vida... sus herederos también. 
El amor es ciego... sólo el matrimonio puede devolverle la vista.
El trabajo en equipo es esencial... te permite echarle la culpa a otro.
Mas vale prevenir... que amamantar.
El que ríe ultimo... no entendió el chiste.


Páginas > 1 - 2 - 3

horizontal rule

Impressum | Datenschutzerklärung und Cookies

Copyright © 1999-2018 Hispanoteca - Alle Rechte vorbehalten