Cuentas del Gran Capitán |
© Justo Fernández López – www.hispanoteca.eu |
ARCHIVO DE CONSULTAS |
¿La expresión cuentas del Gran Capitán tiene algo que ver
con lo que hoy se llama maquillaje de cuentas?
Las cuentas del Gran Capitán no sólo son exorbitantes, sino que son arbitrarias, es decir, un producto de la fantasía. Eso es lo que las define como tales. Son cuentas sin base real alguna, claramente ficticias por lo exorbitantes. Se trata de gastos para los que no existen comprobates ni justificación.
La contabilidad creativa y el maquillaje de cuentas, expresiones hoy tan en moda tras el escándalo de la empresa americana Enron, se refieren más bien a cuentas falsificadas, a fraude financiero.
En cuanto a ingeniería financiera, expresión que antes de los escándalos financieros actuales tenía un sentido técnico de ’planificación financiera’, ha adquirido, tras el escándalo Enron, una connotación negativa en español y designa más bien al capitalismo especulativo sin base en valores reales.
Para la ingeniería financiera y para la contabilidad creativa se necesita fantasía, pero las cuentas del Gran Capitán revelan „chispa y humor“. En el contexto actual, la expresión es negativa y se emplea para criticar cuentas o proyectos financieros que no reflejan la realidad (a menudo, presupuestos o proyectos de que enmascaran intereses electorales de partidos o con la intención de engañar al público en general). Cuando se trata de cuentas no justificadas o gastos difíciles de probar, la expresión adquiere un tanto la connotación de „economía fraudulenta“ propia de la ingeniería financiera de hoy.
ingeniería financiera
[positiv] Finanzplanung / [negativ] Bilanzmanipulation
contabilidad creativa
montaje financiero
[negativ] Bilanzfälschungen
maquillar cuentas
Bilanzen frisieren
maquillje de cuentas
frisierte Bilanzen / Bilanzkosmetik
«Desde el Gran Capitán para acá, a la hora de rendir cuentas, el adelanto técnico más importante para engañar al público en general es esto de la ingeniería financiera, que es algo de lo que saben mucho determinado género de individuos, como los de Gescartera, por poner un ejemplo, así, cercano. Por lo demás su conocimiento se ha extendido tanto que hasta cualquier asesor de empresas es capaz de decirte como tienes que poner los números para que Hacienda te cobre menos o el Banco te conceda más crédito o el Gobierno te regale alguna subvención.»
«Un maléfico virus amenaza con contagiarse vertiginosamente desde Wall Street a los mercados financieros del planeta entero. Su nombre es «enronitis». Y aunque se desconoce a ciencia cierta a cuántos afecta la epidemia, lo seguro es su capacidad potencialmente destructiva sobre los infectados. Los síntomas han quedado al descubierto con la quiebra de Enron, la séptima mayor corporación monopolista de EEUU, distribuidora del 25% de la energía consumida en Norteamérica. En poco más de un año, el valor de cada una de sus acciones en bolsa pasó de valer 89 dólares (alrededor de 17.000 pesetas) a 65 centavos (123 pesetas): centenares de miles de millones volatilizados en un tiempo récord. Pero, ¿existió alguna vez ese dinero? Y si es así, ¿ha desaparecido o simplemente ha cambiado de bolsillo?
Su endeudamiento y sus pérdidas estaban tan por encima del valor real de sus activos, que la situación se había vuelto insostenible. Pero todo estaba oculto tras un enrevesado sistema de ingeniería financiera y artificios contables que permitían el continuo maquillaje de las cuentas de resultados. El complejo entramado de filiales instaladas en paraísos fiscales servía para desviar deudas y ocultar pérdidas, con lo que, año tras año, la empresa, con la bendición de las auditoras encargadas de controlarla, presentaba un rendimiento aparente que atraía sin parar el dinero de los inversores.»
«Los escándalos financieros se basan en conflictos de intereses y en prácticas ingeniosas. Me admira el ingenio de la ingeniería financiera. Conviene relacionar este asunto con otros escándalos económicos aparecidos este año, como el de Enron. El nombre del barco asesino me parece simbólico: 'Prestige'. Debe hacernos pensar. Estamos concediendo prestigio a los codiciosos. Esas redes de sociedades tapaderas, que se ocultan unas a otras, esa ingeniería financiera que borra las propias huellas, son un peligro público.»
«El viceconsejero de Hacienda y Finanzas, Juan Miguel Bilbao, igual que Calzada y el presidente de la Bolsa de Bilbao, José Luis Marcaida, consideró necesaria la recuperación de la confianza del inversor y de los mercados, pero añadió que la limitación de la contabilidad «creativa» o «ingeniería financiera» debe aplicarse al sector público, porque «se utilizan técnicas como el aplazamiento de devengos contables o creación de entes públicos para eludir los criterios de control del déficit público o el endeudamiento», precisó.»
«Es curioso que Paulson rompa una lanza por la capacidad autorreguladora de Wall Street o las cinco grandes auditoras en momentos como éste. Hasta los admiradores mediáticos y políticos de la ingeniería financiera, la contabilidad creativa, y los números "pro forma" de la nueva economía han rectificado en los últimos meses.»
«En este caso la sentencia fue rápida, contundente y clara, pero además de dar toda una lección de diligencia judicial la dio de riqueza léxica, al llevar por primera vez la palabra "añagaza"a las portadas de la prensa española (21-3-97). El uso de "añagaza" no es gratuito, sino que describe con la mayor precisión la artimaña de Mario Conde en el caso Argentia Trust. "Añagaza" es, según la RAE, un señuelo para coger aves, y procede del árabe an-naqqaza (la caza). En sentido figurado, se refiere a cualquier artificio para atraer con engaño. En los buenos tiempos de Conde, a eso se le llamaba "ingeniería financiera", y en el momento en que afloraron los escándalos llegamos a pensar que eran puras "chapuzas".»
«El escándalo de Gescartera ha devuelto al primer plano de la actualidad la corrupción política y económica en España.En síntesis, el negocio se basó en una simple operación de ingeniería financiera trufada de estafa: en un momento dado se comunicó a los inversores que sus fondos se iban a trasladar a una cuenta corriente de jugosa y rápida rentabilidad. En la práctica, fueron a parar a paraísos fiscales en el extranjero. ¿Cómo se pagaba a los inversores los intereses de tan lucrativa cuenta? Mediante los fondos de nuevos inversores seducidos por el atractivo de la misma, así como convencidos del chollo por el prestigio y las influencias del entorno de Gescartera (políticos, organizaciones tan "respetables" como la ONCE, etc.).»
«La Asociación de Diplomáticos Españoles (ADE), que representa a la mayoría de los funcionarios de la "carrera", acaba de hacer pública una nota informativa - profusamente repartida en las dos sedes del Ministerio de Exteriores (Palacio de Santa Cruz y Marqués de Salamanca) - donde se denuncia el "nepotismo, "dedocracia", "corrupción" e "inconstitucionalidad" vigentes en la política de nombramientos y promociones, y la "ingeniería financiara" montada en la Dirección General del Servicio Exterior, que ha permitido "el enriquecimiento de personajes de diversos colores políticos". La nota denuncia también la "ingeniería financiara" montada en la Dirección General del Servicio Exterior, que ha permitido "el enriquecimiento de muy variada fauna de diversos colores políticos constituyendo un grupo de poder cuyo abundante montaje financiero se nutre tanto de fondos reservados como de compras de edificios en el exterior".» (El Semanal Digital, Número 114, 2003)
las cuentas claras y el chocolate espeso
es geht nichts über klare Verhältnisse
die Rechnung muß stimmen
las cuentas claras hacen los buenos amigos
las cuentas claras conservan la amistad
strenge Rechnung erhält gute Freunde
«Las cuentas claras y el chocolate espeso. La frase, con toda razón, deberá ser gallega. Africana es de mucho dudar. De generación en generación el cubano medio la ha empleado para dejar por sentado extrema claridad en el asunto a tratar.»
«Para algunos, el chocolate se debía beber muy cargado de cacao, por lo que preferían el chocolate espeso, o sea, "a la española"; para otros, el gusto se inclinaba por la forma "a la francesa", esto es, más claro y diluido en leche.Los ganadores, finalmente, fueron los que se inclinaron por el chocolate cargado, por lo que la expresión las cosas claras y chocolate espeso se popularizó en el sentido de llamar a las cosas por su nombre.» [Del dicho al hecho]
«Las cosas claras y chocolate espeso. Hoy más que nunca, la nación exige las cuentas claras. Demandamos un mínimo de transparencia. Información periódica, que no hemos tenido, del estado de los asuntos públicos.»
«"Las cuentas claras y el chocolate espeso" parace ser el lema de cualquier Secretaría de Hacienda en el mundo. Y es que si "amistades largas" quieres tener, las "cuentas claras" hay que tener. En esta ocasión "El Consejero Fiscal" se llevó las palmas en nuestra categoría de "economía y negocios" por ser ser un buen instrumento de orientación con todas esas cuestiones monetarias que nos hacen ver a "Lolita" como "Dolores".»
«El pensar, sentir y actuar en una dirección era para muchos de los profetas y filósofos antiguos la condición de la felicidad. La hipótesis es válida al poner de manifiesto que la credibilidad en nuestras organizaciones constituye un efecto directo de su coherencia y que este es un asunto relevante, no solo respecto de la ética institucional, sino también es decisivo para la sobrevivencia de la institución. Las cuentas claras y el chocolate espeso es una norma que atraviesa muchos aspectos y no solo los contables. Se requiere de una gran dosis de transparencia para ser creíble, se requiere de actitudes integras para ser creíble.»
los números cantan
die Zahlen sprechen eine deutliche Sprache
die Zahlen sprechen für sich
und die Zahlen beweisen es
«Dice el dicho popular que “números cantan”, a lo que respondía Mariano el de Cartagena, que en gloria esté, que coges un puñado de números, los metes en una jaula, les pones lechuga, agua y alpiste y los sacas al sol y no dicen ni pío, con lo que quedaba demostrado la falsedad del dicho. Pero es que el Mariano tenía idea de muchas cosas, sobre todo de ingeniería, pero ni zorra idea de lo de la “ingeniería financiera”. Y es que los tiempos adelantan que es una barbaridad.»
« Al margen de lo que suceda en las tres jornadas que restan -las dos de la liguilla y la final-, el gran protagonista de la competición es, hasta el momento, Aimar Olaizola. Los números cantan. Olaizola II ha sumado todos los tantos posibles, 132, en sus seis partidos, y sólo le han hecho 43, una media de 7 por encuentro.»
«Los números cantan. La industria de tiendas multiservicio de Japón alcanza unos beneficios anuales de más de 6 billones de yenes.»
«El Juli debería de haber salido en cada una de sus corridas a hombros, y así debería ser, según los políticos la estadística no engaña, los números cantan.»
«Debemos pensar que este tipo de conductas es más frecuente cada día o más bien es consecuencia de que ahora se está descubriendo lo que siempre ha existido? Hoy los números cantan, apoyados en el eco de los medios de comunicación y de una sociedad más abierta y liberal. Antes los números también existían pero se enmudecían por el miedo al que dirán, la vergüenza, el tabú, la negación y solamente se susurraban de oído a oído.»
las cuentas del Gran Capitán
esas son cuentas del Gran Capitán
übertrieben hohe Rechnungen
Rechnung für fiktive Leistungen
diese Rechnung kein Mensch bezahlen
das sind Phantasie-Zahlen
La expresión irónica son las cuentas del Gran Capitán se emplea como justificación o crítica de gastos desorbitados, incoherentes y ficticios.
«Por alusión a las que, según la leyenda, le presentó este personaje al rey Fernando el Católico cuando se las pidió de su gestión en Italia, cuenta en que las partidas son exageradas.» (M. Moliner)
«Cuentas del Gran Capitán. Las exorbitantes y arbitrarias.» [DRAE]
El rey Fernando, el Católico tenía una recelosa inclinación por el control de los gastos del naciente Estado español. Gonzalo Fernández de Córdoba, llamado el Gran Capitán (1453-1515), tras su victoriosa campaña por Italia que culminó en la conquista del reino de Nápoles para la corona española, se sintió herido en su orgullo cuando Fernando le exigió cuentas detalladas de los gastos durante las victoriosas campañas de Italia. Pero, lejos de reaccionar malhumorado por la mezquindad del monarca, reaccionó con humor presentándole una lista de gastos exorbitantes redactada en tono irónico:
100 millones de ducados en picos, palas y azadones para enterrar los cadáveres del adversario; 200.736 ducados y 9 reales en frailes, monjas y pobres, para que rogasen a Dios por la prosperidad de las armas españolas; 100.000 ducados en guantes perfumados para preservar a las tropas del mal olor de los cadáveres de los enemigos tendidos en el campo de batalla; 160.000 ducados en poner y reponer campanas destruidas por el uso continuo de repicar todos los días por nuevas victorias conseguidas sobre el enemigo; 100 millones por mi paciencia en escuchar ayer que el Rey pedía cuentas al que le había regalado un reino...
La expresión, esté o no basada en un hecho histórico, se hizo popular hasta hoy.
las cuentas del Gran Capitán en textos y contextos
«Las cuentas del Gran capitán se han presentado. Pertenecen al ejercicio 2001. Ya, ya sabemos que estamos en octubre de 2002, pero es que el PP le gusta hacer las cosas bien, tarde pero bien. Bueno, no tan bien. Las cuentas no reflejan la realidad pero eso es otra historia que les contaremos muy pronto. Por ahora como aperitivo algunos números:...»
«Otra cosa es que el instinto canino no perciba los matices económicos con que el mandatario norteamericano resta dramatismo a las iniciativas bélicas. Ni falta que hace: los españoles sabemos que la guerra es cara merced a las cuentas que el Gran Capitán rindió a los Reyes Católicos de su campaña en Italia. Tan desmesurado se consideró el balance del victorioso militar que fue incorporado al acervo dialéctico como expresión de gasto desproporcionado: ¿quién no menciona todavía «las cuentas del Gran Capitán» cuando le pasan la factura del taller mecánico?»
«¡Ah, se me olvidaba!, luego de la devaluación y una "racionalización" del precio de la gasolina, el déficit fiscal pasó del 15% del PIB a un manejable 4%, pero ni siquiera así, mis amigos banqueros de New York están dispuestos a prestarle a Venezuela los 2.500 millones de dólares que necesita para cosas tan peregrinas como pagar sueldos y salarios, cosas que pasan en las cuentas del Gran Capitán.»
«Las cuentas del Gran Capitán. En la relación de gastos que Gonzalo Fernández de Córdoba enviara a Fernando el Católico, que puede consultarse en el Museo del Ejército, brillan tanto la altanería como el desprecio al monarca del llamado Gran Capitán, que acabó sin mando, sin plaza y sin el favor del Rey. Tras enumerar importantes cantidades destinadas a rezos, picos, palas, azadones, campanas y guantes perfumados «para preservar a las tropas del mal olor de los cadáveres de sus enemigos», termina su peculiar contabilidad con un significativo apunte de unos «100 millones por mi paciencia en escuchar ayer que el Rey pedía cuentas al que le ha regalado un reino. Desde estas cuentas, sinónimo de gasto arbitrario e injustificado, nunca como hoy el Estado ha tenido que hacer frente a unos impresionantes gastos, casi 20.000 millones de pesetas de fondos reservados en Interior sin relación contable alguna, pero sí con la típica chulería de un parvenu aristócrata combinada con la proverbial mala educación de un obrero desclasado.» (Fernando López Agudin)
«Energía eólica: De las cuentas del Gran Capitán al cuento de La Lechera.»
«Estas cuentas han pasado a la leyenda como ejemplo de lo que no son las cuentas, pero las cuentas del gran capitán no son nada comparadas con las cuentas del gran capital, si hemos de hacer caso a las muchas y numerosas noticias sobre simulación y ocultamiento de las cuentas reales de todas, todas las grandes empresas, no de unos pocos malos ejemplos, como quieren hacernos creer. Porque los que dicen que son solo cosa de unos pocos malos administradores están ellos mismos sujetos a sospecha, como son casos tan claros como el Presidente y el Vicepresidente de los USA o el Rato entre nosotros. Han pasado casi quinientos años desde lo del Gran Capitán, pero las cuentas claras no las presenta nadie y según han ido averiguando los que no lo sabían porque no querían enterarse, las cuentas claras solo las presentan los que no tienen que presentar cuentas de nada, es decir, los pobretes de pedir, porque los demás, es decir, los gobernantes de todos los gobiernos y los poderosos de todos los poderes y los empresarios de todas las empresas, no dicen la verdad en materia de cuentas ni por casualidad.»
«Resulta que ese 0.7% del salario de todos los trabajadores españoles es una de las fuentes de financiación del histórico tercio: el dineral que se junta en ese capítulo es inmenso. Como se trata de un dinero así de fácil, y como se trata además de una prebenda, se administra como las cuentas del Gran Capitán. Los cursos se pagan a razón de entre 72 y 120 euros la hora (en pesetas, de 12.000 a 20.000). Y lo que es más grave, el volumen de concesión de esos cursos es tan desproporcional a la demanda real de formación, que lo más difícil de todo no es dar los cursos, sino encontrar los alumnos que quieran recibirlos. Tan difícil es, que tanto en la parte patronal como en la parte social que se llama ahora la antigua organización Sindical, tienen pleitos pendientes (y hasta sentencias condenatorias) por adjudicarse y cobrar cursos sin darlos por falta de alumnos. Porque lo esencial no son los alumnos, sino la mordida.»
«¿Cuál es la deuda que España tiene contraída con el mundo americano que colonizó y explotó? No valen ahora unas nuevas cuentas del Gran Capitán, poniendo en el otro platillo de la balanza la religión, el idioma, la cultura y todo lo demás que los conquistadores aportaron al continente hallado. Porque, en este caso, habría también que valorar la destrucción y la muerte que la conquista llevó consigo a los pueblos subyugados. Se trata de hablar en los mismos términos financieros con los que el mundo desarrollado sigue expresándose al dialogar con los países más empobrecidos del mundo. ¿Cuál es la deuda que el mundo enriquecido ha contraído con el más empobrecido tras tantos años de explotación? Especialistas habrá, aparte del azteca Guaipuro Cuahutémoc, autor de la carta, que podrían valorar con más precisión el estado de las cuentas entre colonizadores y colonizados.»
«No sé cómo Aznar, que viene privatizándolo todo, no privatiza la fiesta de los toros y le quita los guardias que le metió el ordenancismo ilustrado de Carlos III. Como tampoco sé cómo un espectáculo de alto riesgo como el fútbol no depende del Ministerio del Interior y sigue en Cultura. En los toros, donde no pasa nada, preside un policía. Y en el fútbol, donde hay muertos, no arbitra un guardia civil. Aunque viendo las cuentas del Gran Capitán de, Atlético de Madrid, me parece que los partidos de fútbol los debería arbitrar un inspector de Hacienda.»
«Por el contario, el Ministerio alegaba que necesitaba "que se ultimen todos los traspasos por la distorsión que causa el escalonamiento en el tiempo o el que quede alguna comunidad sin traspasar", según declaraciones del secretario general de Educación, Roberto Mur, en la Comisión de Educación. El Ministerio, además, acusó a algunas comunidades, como Extremadura, de hacer valoraciones "totalmente irrealizables", que son las "cuentas del Gran Capitán". En su opinión, algunas pretensiones son tan desorbitadas que "sería mucho más rentable poner un helicóptero a la puerta de la casa del alumno y llevarlo a un centro en condiciones. Sería mucho más rentable y más económico", dijo Mur.»
«Los Verdes de Andalucía denuncian que el Plan de Infraestructura de Energía del Gobierno de Madrid agravaran más el cambio climático e imposibilitara el cumplimiento del Protocolo de Kyoto. Colaboradores de Mendiluce reparten propaganda en la que critican las cuentas del "gran capitán Alberto Ruiz-Gallardón".»
«Sin duda esta cifra es muy importante y la próxima tarea de la sociedad gallega será la exigencia de que se cumpla este plan, en el que está comprometida la palabra del presidente del Gobierno.
Está tarea, sin embargo, va a ser difícil de realizar porque el documento aprobado ayer incumple con las condiciones básicas de un plan de inversiones: no se concretan los proyectos, no se definen los plazos de ejecución y no se determina la forma de financiación. Por eso, más que un plan, son las cuentas del Gran Capitán.»
«Vivimos en la éspoca del ensimismamiento. En el individuo o en la corporación, en el caso de los ciudadanos particulares. También los Estados no piensan más que en sí mismos. Ahora se dedican a las cuentas del Gran Capitán, técnicamente idiotas por añadidura, donde la codicia pelea con la avaricia. ¿Cuánto pongo en el presupuesto europeo, cuánto me llevo? Como si pudiera calcularse el precio de la paz, el precio de la democracia, el precio de la unión.»
«España va bien... subida de impuestos para trabajadores y pequeños empresarios. Las cuentas del Gran Capitán. Afirma el ministro de Hacienda que el nuevo impuesto sobre los carburantes sólo asciende a 4 pesetas y que es necesario para costear un gasto extra destinado a transferir las competencias en sanidad a las comunidades autónomas. Y, ¿que tiene que ver la gasolina con la sanidad? Nada. El gobierno las ha juntado para tocar una fibra sensible de los ciudadanos. ¿Quién no estará dispuesto a pagar 4 pesetas más por litro de gasolina si lo que está en juego es la sanidad pública?»
«No me vengas con cuentas chimbas y cuentos tristes. No vayan a salir después con las cuentas del gran capitán. Las cosas tienen que ser claras y no les aceptamos disculpas ni explicaciones.»
«En 1971 García Bacca pasa a la condición de jubilado, aunque su actividad intelectual no conocerá tregua hasta la fecha de su muerte, en agosto de 1992. De la intensidad de dicha actividad son silencioso testimonio los más de seiscientos títulos que integran su obra escrita, en la cual dejará plasmada también su herencia vasca: "¿Cuáles son las rebajas que introduce Heidegger en las cuentas del gran capitán de Husserl, y, a través de él, en todo el filosofar anterior? Cuando le preguntan a un vasco: ¿qué haces ahí? responde: estoy".»
«Por eso las estadísticas de Internet son como las cuentas del Gran Capitán: caprichosas y extremas. Por eso tiendo a desconfiar de toda cifra sobre Internet. Navega uno por Internet misma buscando sus estadísticas y no hace sino aumentar su confusión. Así que, como decía el Superagente 87, “lo más seguro es que quién sabe”.»