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Atentados y magnicidios - siglos XIX-XX

(comp.) Justo Fernández López

España - Historia e instituciones

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Atentados y magnicidios en España – siglos XIX-XX

A lo largo del siglo XIX tuvieron lugar varios atentados terroristas que pusieron en peligro la vida de población y de personalidades famosas españolas de la época. Desde el general Prim en 1870, hasta el presidente del Gobierno franquista Carrero Blanco en 1973, un total de cinco jefes de Gobierno han sido víctimas mortales de atentados perpetrados por anarquistas, republicanos o etarras.

Durante periodos convulsos como la Revolución de 1868, en los últimos años de la Restauración o en las postrimerías del Franquismo, anarquistas, republicanos o etarras perpetraron atentados mortales con el objetivo de encontrar el camino más rápido para cambiar la dirección del país o para vengar alguna acción represiva.

1852

El 2 de febrero de 1852 tuvo lugar el atentado fallido contra Isabel II. Tras la presentación de la infanta de forma religiosa, la reina, con la Princesa de Asturias en brazos, seguida por el comité, se apresuró a descender las escaleras. En ese momento se le acercó un clérigo, el cura Merino. Este le hizo una reverencia y le entregó un pergamino, segundos después este sacó de la sotana un cuchillo, que clavó con rapidez en el pecho de la reina. Isabel II se desplomó en las escaleras con la infanta en brazos. La herida no fue mortal debido al fuerte corsé que llevaba la reina.

En la historia de España dos personajes son conocidos como el "cura Merino" por tener ambos el mismo apellido y ser religiosos, aunque no existió entre ellos ninguna otra relación: Jerónimo Merino, participante destacado en la guerra de independencia y en la primera guerra carlista; Martín Merino y Gómez, activista liberal, que llevó a cabo el atentado fallido contra la reina Isabel II y fue juzgado y condenado a garrote vil.

1870

El 27 de diciembre de 1870 tuvo lugar el atentado mortal contra el general Juan Prim y Prats, Presidente del Consejo de Ministros del 18 de junio de 1869 al 27 de diciembre de 1870. En el momento del atentado era presidente del Gobierno y ministro de Guerra. Los asesinos, vestidos de transeúntes, le dispararon en su coche en la Calle del Turco (hoy Marqués de Cuba), cuando se dirigía a su casa para preparar su viaje a Cartagena, donde recibiría al futuro rey de España Amadeo I de Saboya. Esa noche había defendido en las Cortes su propuesta sobre el futuro monarca Amadeo I de Saboya.

«Al retirarse del Congreso –contaba el diario liberal «La Iberia»– fue asaltado en la calle del Turco (hoy Marqués de Cubas) el carruaje que los conducía (a Prim y sus ayudantes) por una cuadrilla de asesinos que estaban ocultos en dos coches de alquiler». «Al detenerse éste –continuaba– se bajaron de dos coches de plaza los bandidos, armados de trabucos y carabinas, y rompiendo con el cañón de estos los cristales de las portezuelas del coche, hicieron sobre este varios disparos a quemarropa».

Según el historiador Josep Fontana, sigue siendo un misterio quiénes fueron los autores. Se culpó de inmediato al diputado republicano federal y rico comerciante de vinos de Jerez, José Paúl y Angulo porque se dijo que su voz la había oído durante el atentado, pero más tarde Paúl y Angulo acusaría al duque de Montpensier y al general Serrano porque el jefe de su escolta resultó implicado en el crimen y porque cuando presidió el primer gobierno de la Monarquía de Amadeo I al mes siguiente no puso mucho empeño en investigar el crimen. Estas hipótesis no están descartadas, aunque se baraja también la posibilidad de que detrás del atentado estuvieran los hombres de negocios con intereses en Cuba, que temían los cambios que podía introducir Prim en la política colonial. De hecho en Cuba se daba por seguro que «el gatillo se apretó desde La Habana».

Así acabó el mandato de Prim, por unas heridas en principio de poca gravedad, pero que se infectaron hasta provocarle la muerte tres días después. «Hoy desembarcará el rey y yo me muero», dijo instantes antes de morir, según «La Correspondencia de España».

1872

El 28 de julio de 1872 tuvo lugar el atentado fallido contra Amadeo I de Saboya, de camino al Palacio del Retiro durante sus salidas nocturnas para hacerse popular entre la población. En la esquina de la calle Arenal, Amadeo y su mujer María Victoria fueron atados por un grupo de hombres. Los reyes salieron ilesos. Nunca se supo la autoría del atentado ya que los dos bandos políticos se echaron la culpa mutuamente.

1878

El 25 de octubre de 1878 primer atentado fallido contra el rey Alfonso XII en la calle Mayor de Madrid. Un tonelero catalán, el anarquista Juan Oliva Moncasí, disparó hasta tres veces contra el Rey Alfonso XII cuando el monarca iba montando a caballo al frente de un sequito militar. El atentado no tuvo efectos sobre el rey.

El joven obrero tonelero catalán Joan Oliva Moncasi disparó dos tiros contra el rey sin alcanzarle cuando este hacía su entrada en Madrid de vuelta de un viaje por el norte de España. Fue detenido inmediatamente y el 4 enero de 1879 fue ejecutado mediante garrote vil. El periódico L'Avant-Garde, que alabó la valentía de Oliva y su «gran servicio a la revolución», publicó la siguiente nota de un grupo de anarquistas españoles en apoyo del atentado:

«Oliva, aunque no tenga una educación socialista profunda, no deja de ser un revolucionario de corazón y de instinto, y nosotros aceptamos la solidaridad moral que nos corresponde en su tentativa. El regicidio no es ciertamente el objetivo de nuestra asociación; ni siquiera es uno de los medios que hemos escogido. Guerra a las instituciones y en la medida de lo posible paz a los hombres, tal ha sido durante mucho tiempo nuestra divisa. Pero, tras las grandes desgracias y los inmensos sacrificios que esta generosa táctica nos ha costado y nos sigue costando cada día, sería por nuestra parte una ingenuidad no reconocer que hay hombres que son un verdadero obstáculo para la transformación de las instituciones, y que estas no podrán ser cambiadas prontamente sin hacer desaparecer tales obstáculos. Alfonso XII es además la clave de bóveda de este orden burgués. Como no tiene sucesor legítimo, su muerte significaría necesariamente la revolución en España. Ahora bien, se ha dicho con razón que se sabe cómo comienzan las revoluciones, pero no cómo terminan. La policía de este país revela en todos sus actos la más odiosa arbitrariedad. Como es probable que los internacionalistas vayan a sufrirla, no creo equivocarme al presagiar que devolverán golpe por golpe y seguirán el camino que tan bien han mostrado sus hermanos de Rusia.»

1879

El 30 de diciembre de 1879 segundo atentado fallido contra Alfonso XII y su esposa cuando regresaban a palacio después de un paseo por el Retiro. El atentado fue perpetrado por el anarquista Francisco Otero González, panadero gallego. El monarca tuvo mucha suerte, la bala no le alcanzó de milagro en la cabeza.

Cuando los reyes volvían de pasear por el Retiro, Francisco Otero González, de 20 años, les disparó casi a quemarropa sin herirles. Otero, nacido en Lendín, provincia de Lugo, pero residente en Madrid, tenía una pastelería que apenas le daba para vivir a él y a su compañera, por lo que pensó en suicidarse, pero alguien le dijo que mejor que atentara contra el rey. Fue ejecutado mediante garrote vil el 14 de abril de 1880.

Los dos atentados contra Alfonso XII, rey de España, tuvieron lugar en octubre de 1878, el primero, y en diciembre de 1879, el segundo. Fueron perpetrados por anarquistas que aplicaban la nueva estrategia de la propaganda por el hecho aprobada por la Internacional anarquista en el Congreso de Verviers celebrado en 1877. En las dos ocasiones el rey Alfonso XII resultó ileso y los autores respectivos —el obrero catalán Juan Oliva Moncasi, del de 1878; y el obrero gallego Francisco Otero González, del de 1879— fueron detenidos, juzgados y ejecutados mediante garrote vil.

De nuevo la prensa anarquista europea se hizo eco del suceso, aunque esta vez se limitó a relatar lo ocurrido. La Revolte, que había sucedido a L'Avant-Garde después de su clausura por orden de las autoridades suizas, llegó a afirmar que si el atentado hubiera tenido éxito la monarquía en España habría caído. Y este parece haber sido el propósito de los atentados contra el rey, que carecía de heredero: «crear un vacío de poder que propiciara un alzamiento republicano, que los anarquistas tratarían de conducir hacia la revolución social».

1886

El 1 de septiembre de 1886 una bomba anarquista ocasiona importantes daños en la sede de la organización patronal Fomento de la Producción Nacional de Barcelona.

1889

El 17 de enero de 1889 estalla una bomba en la casa de los industriales Batlló en Barcelona.

1890

El 4 de mayo 1890 tuvo lugar un nuevo atentado mediante bomba en la sede de Fomento de la Producción Nacional.

1891

El 3 de mayo de 1891 aparecen tres bombas en la Alameda de Cádiz.

1892

El 9 de febrero de 1892 estalla un petardo en la Plaza Real.

1893

El 24 de septiembre de 1893 tuvo lugar el atentado fallido al general Arsenio Martínez Campos, gobernador militar de Cataluña, durante un desfile militar en la Gran Vía de Barcelona. El autor del atentado, el anarquista Paulino Pallás Latorre o Paulí Pallàs i Latorre (1862-1893), lanzó dos bombas contra las patas del caballo y lateral del carro del capitán general al grito de "Viva la Anarquía", causándole heridas leves a él y matando al guardia civil Jaime Tous. Payas fue ejecutado por un pelotón de fusilamiento el 6 de octubre de 1893. Algunos historiadores le atribuyen también el atentado en el Teatro de Alcántara de Río de Janeiro el 1 de mayo de 1891

1893

El 20 de junio de 1893 se produjo un atentado mediante bomba en la casa de Cánovas del Castillo. La bomba estalla en las manos del terrorista anarquista que la puso.

1893

El 7 de noviembre de 1893 tuvo lugar un atentado anarquista contra el Liceo de Barcelona. A finales del siglo XIX el Liceo se había convertido en el escaparate social de una burguesía para la que el teatro era espacio refinado y prestigioso. Para los anarquistas, que habían organizado movimientos de revueltas sociales, el Liceo de Barcelona era un símbolo de la oligarquía dominante.

El autor del atentado, el anarquista Santiago Salvador, entró en el teatro, se sentó la galería de butacas del quinto piso e hizo estallar dos bombas, ocultas debajo de su blusa, provocando 22 muertos y 35 heridos. Motivo de su acción fue el enfado del anarquista por no haber podido recoger el cuerpo de su compañero anarquista Paulino Pallás, tras haber sido ejecutado por el atentado que este cometió contra el general Martínez Campos.

Santiago Salvador se escapó y fue detenido en Zaragoza, tras un intento de suicidio. Se le aplicó el garrote vil públicamente en Barcelona.

1894

El 25 de enero de 1894 atentado realizado por Ramon Murull contra el gobernador civil Larroca.

1896

En 7 de junio de 1896 tuvo lugar el atentado contra la Procesión del Corpus en Barcelona. Los autores del atentado lanzaron un artefacto explosivo, desde una ventana de un piso alto, en el momento en que la Procesión del Corpus de la Iglesia de Santa María atravesaba la confluencia de las calles de los Cambios nuevos y Arenas del Cambio, causando la muerte de 12 personas, que eran ciudadanos corrientes. Las principales personalidades y autoridades públicas iban tras la custodia y no se vieron afectados.

Tras el atentado se produjeron numerosas redadas contra los círculos anarquistas en Barcelona, y se iniciaron los denominados "Procesos de Montjuic". Las autoridades emprendieron una durísima represión contra todo sospechoso de simpatizar o estar relacionado con el movimiento anarquista. Cerca de cuatrocientas personas consideradas revolucionarias o subversivas fueron encarceladas en el castillo de Montjuic. El proceso judicial fue llevado a cabo por un tribunal militar. Los acusados denunciaron haberse confesado autores del atentado por haber sufrido tortura. De las 400 personas detenidas, la mayoría fueron puestas en libertad y solo 87 fueron llevadas a juicio bajo la acusación de haber causado la muerte a 12 personas y lesiones a 35. El fiscal solicitó 28 penas de muerte y 59 cadenas perpetuas, aunque finalmente sólo fueron ejecutados cinco acusados y se impusieron entre 9 y 20 cadenas perpetuas.

El 2 de septiembre de 1896 el gobierno Cánovas promulgó una nueva ley anti-terrorismo, que agravaba los efectos de la anterior norma aprobada en 1894 y amplificaba la persecución contra el anarquismo. Unos meses más tarde el presidente Cánovas sería asesinado por el anarquista italiano Michele Angiolillo en venganza por las ejecuciones de Montjuic, aunque otras fuentes siempre han sostenido que detrás de este asesinato había una trama mucho más amplia y con intereses diversos. A comienzos de enero de 1901 el gobierno Sagasta dictó el indulto de los que permanecían en prisión.

1897

El 8 de agosto de 1897 tuvo lugar el atentado mortal contra Antonio Cánovas del Castillo, presidente del Consejo de Ministros. Cánovas murió asesinado en el balneario de santa Águeda, en el municipio de Mondragón (Guipúzcoa), donde estaba curando sus dolencias. Había escogido ese lugar para reunirse con la Reina Regente, María Cristina de Borbón, y tratar las tensiones de la política interior y los problemas de ultramar de la época.

Como a Dato, a Cánovas del Castillo también lo mató un anarquista, pero esta vez italiano, que recorrió media Europa para llegar a España y ejecutar su plan. Su nombre, Michele Angiolillo, que en un principio quería asesinar a un miembro joven de la familia real, pero que, en el último instante, optó por el presidente.

 «El asesino, que sin duda le estaba espiando, se acercó y, apoyándose en la puerta para apuntar mejor, le disparó casi a quemarropa un tiro. La bala atravesó la cabeza del señor Cánovas, entrando por la sien derecha y saliendo por la izquierda. Al primer disparo siguieron otros dos. Por efecto del primero, el señor Cánovas se incorporó, yendo a caer a unos tres metros de distancia. Al incorporarse, le disparó el segundo tiro el asesino. La bala entró por el pecho y salió por la espalda, cerca de la columna vertebral. El tercer disparo fue hecho estando ya el señor Cánovas en el suelo», describió el diario «La Época», con sorprendente minuciosidad.

El anarquista italiano se había inscrito en el establecimiento como corresponsal del periódico italiano Il Popolo. El motivo fue la venganza por las muertes de los anarquistas detenidos en Barcelona a raíz del atentado contra la procesión del Corpus en junio de 1896. Tras su detención confesó que era anarquista y que había cometido el crimen para vengarse de sus compañeros ejecutados por la policía en el fusilamiento de Monjiutch.

La figura más influyente de la política española del último cuarto del siglo XIX, el artífice de la Restauración, moría para vengar, según declaró Angiolillo, a los anarquistas detenidos, torturados y ajusticiados en Barcelona un año antes, a raíz del atentado contra la procesión del Corpus en 1896.

1897

El 4 de septiembre de 1897 el anarquista Ramón Sempau atenta contra la vida del teniente Portas.

1904

El 12 de abril de 1904 tuvo lugar en Barcelona el primer atentado fallido contra Antonio Maura, presidente del Consejo de Ministros, perpetrado por el terrorista anarquista Joaquín Miguel Artal, de 19 años y natural de Barcelona. Maura asistía junto con el Rey a un acto oficial en Barcelona, iba en un coche descubierto, cuando un joven con un sobre en la mano saltó al estribo mientras se quitaba la gorra. El presidente creyó que el sobre contenía una petición y extendió la mano para recibirlo, pero el joven sacó un puñal y lo hundió en el costado izquierdo de Maura. Los pliegues del traje de uniforme impidieron que el puñal penetrara, y todo quedó en una herida. El anarquista huyó gritando «¡Viva la anarquía!» y fue detenido poco después.

1905

El 31 de mayo de 1905 tuvo lugar en París un atentado contra Alfonso XIII. A la salida del Teatro de la Opera, Jesús Navarro Botella, un joven español de 23 años nacido en Torrevieja (Alicante), arrojó una bomba arrojó una bomba desde un balcón contra el carruaje de Alfonso XIII y el presidente de Francia, Monsieur Loubet. Ambos resultaron ilesos porque la bomba cayó sobre un cable del tendido de los tranvías eléctricos, lo que desvió de su dirección. El Rey, al escuchar la detonación, se puso en pie y dio vivas a Francia, hecho por el cual fue ovacionado.

En los días previos, la policía francesa había sido avisada por sus colegas españoles de que se preparaba un atentado y vigiló estrechamente a los anarquistas más significativos residentes en París, deteniendo a algunos de los complicados en el complot. Los que quedaron libres se encargaron de realizar el atentado burlando la vigilancia de la policía.

El proceso incoado estableció claramente las responsabilidades de los anarquistas detenidos y procesados. Pero el Tribunal de la Seine, influenciado por la campaña de agitación de los amigos de los presos, secundados por toda la prensa progresista de Francia y España, los absolvió. El gobierno francés expulsó del territorio nacional a todos los procesados extranjeros.

1905

El 24 de diciembre de 1905 atentado contra el cardenal Casañas en Barcelona.

1906

El 31 de mayo de 1906 – atentado fallido contra Alfonso XIII en Madrid. Cuando Alfonso XIII y la reina Victoria Eugenia regresaban al Palacio Real, después de la boda, sufrieron un atentado mediante una bomba escondida en un ramo de flores, lanzada por el anarquista Mateo Morral a su carroza, frente al número 885 de la calle Mayor de Madrid. Mueren 28 personas, el rey sale ileso y quedan heridas más de 100. Autor del atentado: el terrorista anarquista Mateo Morral.

1910

El 22 de julio de 1910 tuvo lugar en Barcelona el segundo atentado fallido contra Antonio Maura, cuando se encontraba en la estación de Francia en Barcelona con rumbo a Palma de Mallorca. Maura recibe tres disparos a quemarropa en presencia de su familia. El atentado fue perpetrado por Manuel Posa Roca.

El 7 de julio de 1910 en una jornada en el Congreso, el líder y fundador del PSOE, Pablo Iglesias, había pronunciado las siguientes palabras: «el partido que yo aquí represento aspira a concluir con los antagonismos sociales [...] estaremos en la legalidad mientras la legalidad nos permita adquirir lo que necesitamos; fuera de la legalidad cuando ella no nos permita realizar nuestras aspiraciones [...] hemos llegado al extremo de considerar que antes que Su Señoría suba al poder debemos llegar al atentado personal.” Al día siguiente del atentado se formuló una protesta en el Congreso a la que Pablo Iglesias no se adhirió.

1912

El 12 de noviembre de 1912 atentado mortal contra José Canalejas, presidente del Consejo de Ministros. El atentado tuvo lugar en la Puerta del Sol de Madrid. Canalejas fue atacado en la mañana de ese día mientras contemplaba los libros expuestos en el escaparate de la Librería San Martín, a escasos pasos de la esquina de la Puerta del Sol en pleno centro de Madrid. El asesinato fue perpetrado por Manuel Pardiñas, que realizó tres disparos. Canalejas falleció tras perforar una bala su cráneo.

El autor del del atentado, acorralado por la policía, se disparó dos tiros con la misma pistola del atentado. A Pardiñas se le encontró encima el retrato de una mujer con la inscripción «a mi inolvidable Manuel», un billete de 25 pesetas, un trozo del libro «Astronomía Popular» de Camile Flammarion y un ejemplar de ABC del día anterior.

No se sabe con certeza si el atentado respondió a un plan premeditado; la estancia de Pardiñas en la zona podría haber obedecido a su intención de atentar a Alfonso XIII, pues la presencia de Canalejas en la Puerta del Sol era casual y no pudo haber sido prevista de antemano. Francisco Franco acusó a la masonería de haber asesinado a José Canalejas, que era él mismo masón, para vengarse de su rebelión.

De esta forma trágica terminó el segundo intento de «regeneración desde dentro» del régimen político de la Restauración durante el reinado de Alfonso XIII.

1921

El 8 de marzo de 1921 atentado mortal contra Eduardo Dato e Iradier, presidente del Consejo de Ministros y político del Partico Conservador. Dato fue abatido en Madrid por más de veinte disparos efectuados desde una moto con sidecar contra su automóvil. El crimen fue perpetrado por Pedro Mateu, acompañado por Ramón Casanellas y Luis Nicolau, todos ellos anarquistas catalanes. El atentado fue considerado como una respuesta del anarcosindicalismo barcelonés a la dura represión ejercida por el gobernador civil Martínez Anido contra la clase obrera y sus líderes sindicales.

«Una motocicleta avanzó hasta ponerse al costado del auto del presidente, y desde el sidecar hicieron varios disparos contra él, de costado y por detrás, huyendo la moto a toda marcha por la calle de Serrano». Tres anarquistas catalanes, en respuesta a la brutal represión ejercida por el gobernador militar de Barcelona contra los huelguistas, descerrajaron 18 balazos contra el presidente del Consejo de Ministros de España, que «caía desplomado sobre el asiento del carruaje».

1936

La noche del 12 al 13 de julio de 1936, José Castillo, teniente de la Guardia de Asalto y militante socialista fue sido asesinado a tiros en la puerta de su casa. Las tesis apuntan a falangistas, aunque algunos autores apuntan a carlistas pertenecientes al Tercio de requetés de Madrid. En respuesta a este asesinato, los compañeros de Castillo secuestraron a José Calvo Sotelo en su domicilio y lo asesinaron en la madrugada del 13 de julio de 1936.

1973

El 20 de diciembre de 1973 atentado mortal contra el almirante Luis Carrero Blanco, el entonces presidente del gobierno de España durante la dictadura del general Franco.

La lista de los más importantes magnicidios de la historia de España acaba con ETA. Carrero Blanco, el sucesor de Franco, el representante más puro del franquismo, se convirtió en objetivo claro de ETA desde que fuera elegido presidente del Gobierno. Hizo caso omiso de las advertencias y se negó a aumentar sus medidas de seguridad y a variar sus itinerarios.

El atentado fue perpetrado por un grupo armado de la organización terrorista vasca ETA. En la conocida como «Operación ogro», los etarras excavaron un túnel en la madrileña calle Claudio Coello, hasta el centro de la calzada, donde colocaron 100 kilos de goma-2. El vehículo de Carrero Blanco «se elevó por los aires, alcanzando una gran altura que sobrepasó la de los cinco pisos y la planta baja de un edifico cercano». ETA obtuvo con el atentado más importante de su historia una proyección sin precedentes hasta ese momento. La misma que, en su momento, obtuvieron Pardiñas o Angiolillo.

El asesinato provocó un hondo impacto en la sociedad española de la época, ya que suponía el mayor ataque contra el régimen franquista desde el final de la Guerra civil española en 1939. Las autoridades iniciaron una investigación para aclarar los hechos, pero el caso quedó archivado al comenzar la Transición y nunca se esclarecieron del todo las circunstancias. Los autores del atentado tampoco llegaron a ser juzgados por estos hechos y tras la muerte de Franco se beneficiarían totalmente de la amnistía concedida en 1977.

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